Marión Pagés evoca etapas de su vida.

Yulissa Matos | Fotografías: Orlando Ramos - El Caribe

Exigente y creativa son algunas de las cualidades que definen a Marión Pagés, presidenta desde hace diez años de la compañía de relaciones públicas Caribbean Porter Novelli, filial de Porter Novelli International.
Con una amplia trayectoria laboral, esta mujer debe lidiar con su rol de empresaria y madre de cuatro hijas.
Es egresada de la Universidad Santa María, de Valparaíso, Chile, donde se graduó de Ingeniería en Sistemas.
Inició su carrera en su país natal, Chile, en el año 1987, en la agencia de publicidad Pagés & Cía., luego, a partir del 1989, en República Dominicana, se integra a la Publicitaria Pagés, fundada por su padre, Federico Pagés Moré, considerado uno de los pioneros de la práctica publicitaria y comunicación estratégica en el país, donde ocupó varias posiciones.
Llegó a manejar el Departamento de Medios, durante el período 1991-2000. Para ese entonces, la compañía se convirtió en Pagés BBDO, debido a un acuerdo con esta firma de renombre mundial.

Hay que vivir cada instante
Cada nuevo amanecer es un comienzo, por eso...
Cada Día debemos virvirlo intensamente.
La vida, breve y ajena, nos muestra cada día la oportunidad de aprovecharla al máximo, dándonos un nuevo amanecer. Nos preocupamos tanto de que llegue la noche que dejamos el día pasar sin disfrutarlo, pensamos que lo haremos mañana y de pronto junto al contraste gris de nuestro pelo nos damos cuenta que no hemos vivido lo suficiente. Ama, disfruta, ríe, llora, siente, cambia y aprende… pero en especial vive.

1. Formación familiar
Mis principios
La formación familiar es una de mis más valiosas herencias, conformada de manera multicultural. Viajar y estudiar en diferentes países me permitió aprender muchas cosas. Los valores de trabajo, objetividad y amor dados por mis padres han conformado en mí una idiosincrasia especial.

2. Nacimiento de mis hijas
Agradecida de Dios
El nacimiento de cada una de las cuatro, Marión Isabel, Ana Cristina, Laura Rebeca y María del Mar, fue impresionante, me sentí sorprendida de mí misma y agradecida de Dios, por permitir que a través de mí se hiciera realidad el milagro de dar vida.

3. Mi primer moto cross
Cosas de juventud
La primera vez que monté un motor de cross de mis hermanos y di el doble salto de La Yuca, sin caerme, fue una experiencia inolvidable. Luego, manejé un vehículo, prestado por un buen amigo, de alta velocidad, con apenas 18 años. Estos son, sin dudas, recuerdos inolvidables.

4. La universidad
Forjando el futuro
La Universidad Santa María, en Valparaíso, Chile, me asustó. Pasé días sin hablar, hasta que una chica me dijo: “he tratado de conversar contigo y parece que estás asustada’’, y también me comentó que yo era la primera persona a quien se acercaba, ya que vio en mi cara el temor.

5. El camino al Altar
De la mano de mi padre
Nudo de sensaciones en el estómago, caminar sin pisar, sostenida por el amor. Ese es el sueño de toda mujer y verlo plasmado en mí, lo describo como una experiencia inolvidable. Fue un día lleno de alegría y temor, pero sobre todo, fue un día inolvidable, imborrable en mi vida.

6. La muerte
El dolor más fuerte
La muerte de mi padre ha sido uno de los momentos más difíciles en mi vida, me sorprendió. Él nunca me ha dejado sola, pero me hubiera gustado tenerlo un poco más de tiempo. No pasa un minuto en mi vida que no piense en él, en lo que me enseñó y en cada uno de los principios que me inculcó.

7. El corazón de Laura
Momento de angustia
Con apenas cuatro años mi pequeña fue sometida a una cirugía de corazón abierto por el hallazgo de una conexión interauricular. Era como ver tu sombra moverse sola, una lucha de querer y deber, de confiar y arrebatar. En ese momento sólo a Dios pude entregarla y él me la ha regalado dos veces.

8. La confianza
El mayor de los retos
En el año 1999 mis hermanos me confían liderar una nueva empresa, Caribbean Porter Novelli. ¡Qué reto más grande, qué compromiso más importante!, con mis hermanos, mi madre y con la memoria de mi padre. Fue un reto profesional que tardé tres años en estabilizar.

9. La graduación de Marión
El orgullo de madre
Verla entrar de la mano de Felipe, mi hermano y su padrino, vestida de graduanda y con una sonrisa, que solo he visto ese día, hasta ahora; es algo increíble, ni ella ni yo podíamos creer que se graduaba con honores del St. Michael School, sentí una gran felicidad ese día.

10. La voz de mi hija Ana
Música para mis oídos
Un día, estando en casa, Ana Cristina comenzó a cantar. “Pero Ana, -recuerdo le dije- ¿de dónde sacaste eso?’’. Ella con apenas 9 ó 10 años me miró y me dijo: “Mami, quiero ser cantante”. Este verano Berklee Collage of Music la recibe para su primer entrenamiento.