Francina Hungría deja la Regla T por el bate y la pelota con sonido.
Francina dice que el pueblo dominicano es bueno, y por un grupito de malos no bajaremos la guardia.
POR Bienvenido Rojas - Diario Libre
SANTO DOMINGO. La ingeniera Francina Hungría está privada de la visión, pero está llena de entusiasmo y valor para poner en marcha proyectos que beneficien la sociedad.
Hoy no tiene en sus manos una Regla T para diseñar maquetas, sino que está desarrollando un proyecto para que los invidentes puedan jugar béisbol con sonido.
En Miami, asistió al Clásico Mundial de Béisbol con Sonido, y sin perder tiempo encontró en ese espectáculo la fórmula de conocer un nuevo mundo en el ejercicio físico y la recreación.
"Es un juego de béisbol que se maneja con el sonido, la pelota tiene sonido, y cuando se batea, uno recorre las bases (dos) que también tienen sonido", dice Francina.
Francina busca implementar el juego aquí, y hay jugadores como Albert Pujols y Neifi Pérez que quieren colaborar.
"Mi meta es que luego de que traduzca las reglas y logre traer las bolas y las bases, vamos a trabajar para montar un juego con peloteros, artistas y periodistas contra los invidentes", relata con gran optimismo.
El proyecto de Francina es viable, y su meta es lograr recursos para comprarle bastones a los ciegos.
Francina contempla montar el juego entre febrero y marzo, y espera la colaboración del ministro de Deportes, Jaime David Fernández Mirabal; Mario Soto, presidente de la Federación de Peloteros Pofesionales; Ramón Cuello, presidente Asociación de Cronistas Deportivos; Tito Pereyra, presidente de la Federación de Béisbol; Luisín Mejía, presidente del Comité Olímpico Dominicano; y Leonardo Matos Berrido, presidente de la Liga de Béisbol, así como dirigentes de otras entidades.
"Quiero un escenario como el estadio Quisqueya para este primer juego de béisbol con sonido, y ese sueño lo haremos realidad", dice Francina.
En noviembre del 2012, dos atracadores, en su intento de fuga, le dispararon en el rostro de la ingeniera Francina Hungría, para llevarse su yipeta, cuando ésta redujo la velocidad para pasar un "policía acostado".
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