Braulio Castillo padre: carrera detenida en la cima.

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Más allá del parecido físico, Castillo le heredó el talento a su hijo, quien fue el bebé que usaron en la telenovela El derecho de nacer para representar a su padre, el protagonista, en el inicio retrospectivo de la trama.

Amary Santiago Torres / asantiago@primerahora.com
Al repasar los nombres de las figuras puertorriqueñas que se destacaron en la actuación en suelo nacional y en territorio latinoamericano, el actor Braulio Castillo padre indudablemente es uno de los primeros en la lista.

Lo interesante, según recordó su hijo Braulio Castillo, es que la carrera del intérprete fue corta, si se compara con las trayectorias de sus colegas de la época de los años 60 y 70. La diferencia es que el galán tuvo un productivo periodo en la televisión y el cine, además de que fue el responsable de abrirles camino a intérpretes boricuas en mercados como Perú y México.

“Lo más impresionante es que, aunque fue un periodo de productividad total y de relevancia, fue reducido. Vas a Perú y Colombia y lo recuerdan. Eso realmente le hincha el corazón a uno”, dijo orgulloso Braulio de su progenitor, quien en el mejor momento de su carrera, a partir de sus 37 años de edad, se vio obligado a alejarse de las cámaras y de los escenarios tras someterse a una operación en la que le extirparon un tumor en la cabeza.

Después de gozar de popularidad en Puerto Rico en telenovelas como El derecho de nacer y La mujer de aquella noche, y el programa de comedia Casos y cosas de casa, el veterano actor se lanzó a la aventura de trasladarse a Perú y, más tarde, a México. “Él sale de Puerto Rico a buscar futuro como actor en Latinoamérica, donde consigue el éxito internacional, aun cuando le decían que iba regresar porque se iba a un país subdesarrollado. Ese país lo lanzó al mercado internacional con la novela Simplemente María”, expresó el artista sobre el culebrón junto con la actriz Saby Kamalich.


A este periodo de finales de los 60 se le suma otro momento exitoso, cuando el experimentado actor despuntó en el cine mexicano. “En el año 1970, de Perú se va a México. Lo contratan para hacer una serie de películas, entre estas la versión fílmica de Renzo, el gitano, y una serie de películas que había hecho el ícono de la cinematografía mexicana, Arturo Córdova. Con lo defensores que los mexicanos son de su patrimonio, que un extranjero rehaga las películas de un ídolo era una noticia que iba a trascender”, rememoró el animador radial acerca del momento cumbre de la carrera de su padre, quien también hizo la película mexicana El cielo y tú.Lo operan de un tumor

Precisamente, mientras filmaba esta producción en Acapulco, el veterano actor recibió un golpe en la cabeza que, como consecuencia, le desarrolló un tumor. Braulio Castillo hijo indicó que el filme culminó en octubre de 1970 y que, en enero de 1971, su progenitor empezó a sentir unos fuertes dolores de cabeza. En febrero de ese año fue operado.

“Fue una operación riesgosa porque no había los avances de hoy en la medicina. El médico abrió para una exploratoria. Como resultado de la operación, no pudo volver a memorizarse los textos. Su vocabulario se redujo y no era el mismo”, explicó quien se emociona cada vez repasa las fotografías que evidencian el fructífero periodo de 1965 a 1975 de la carrera de su padre.


Después de la intervención quirúrgica, el intérprete hizo varios proyectos con la intención de retomar su profesión, pero los problemas de memoria y comunicación no se lo permitieron. Entre los proyectos, el hijo del actor recuerda la obra teatral Nuestro pueblo y la película local Mulato.

De esos años, el heredero de esta vena artística rememoró la bienvenida de su padre en el verano de 1971, cuando se recuperaba de la operación. Dijo que el entonces gobernador Luis A. Ferré lo recibió en La Fortaleza y, además, lo invitó a pasar el verano con su familia en la casa de campo del ex gobernador en Jájome, en Cayey.

La cara de Braulio Castillo, hijo, se transforma al recordar cómo la vida se encargó de que tanto él y su padre participaran en el primer proyecto protagónico de cada uno. “En la primera telenovela que protagonicé, Alejandra, con Millie Avilés, mi padre fue el sacerdote que nos casó. Y en el primer protagónico de mi padre, El derecho de nacer, cuando empieza la novela, fui el bebé que hacía del protagonista. Que mi padre estuviera en mi primera protagonización tenía una connotación más allá. Era un ciclo”, expresó.

A Braulio le queda la incógnita de cuánto más pudo haber llegado ese viaje hacia el éxito, pero prefiere dar gracias porque su padre está con vida. “Hemos tenido la bendición de tener a Braulio Castillo por muchos años. Agradecemos a Dios el tiempo que nos ha permitido estar con él”, dijo sobre quien vive en un hogar de cuido.