Míster Blades: cuchillas en el alma.
POR PABLO FERRER | ESTILOS
Uno se cree tipo duro, curado de espantos, curtido por las puñaladas arteras de la vida. Uno entendió hace tiempo que esa pose no conduce a nada, pero el orgullo y el saco de culpa inculcado desde chiquito por el corsé cotidiano frena las lágrimas en situaciones que, en un mundo libre de prejuicios, deberían estar alegremente presididas [sí, la paradoja es válida] por ese líquido salado resbalando libre mejilla abajo, cual carajito feliz en el tobogán de un parque acuático. Entonces, sentado de tarde ante un café en una plaza de una ciudad cualquiera, a traición, alguien pone a sonar "Sebastián", el tema del panameño Rubén Blades alojado en una producción mágica como "Mundo".
Anda pal carajo. Canillas temblando, labio superior en tembleque. Un insecto en el ojo sería buena excusa; un bostezo, también. Pero no, mi hermano: usted va a llorar un chin por los versos del señor Rubén. Dése gusto, me digo. Blades cuenta la historia de un loquito que construía una nave espacial y miraba más a las estrellas que al suelo extendido bajo sus pies. Yo no soy Sebastián: ojalá. Miro a mi alrededor y veo pocos vestigios de ingeniería aeronáutica; veo mucha cordura y mucho color gris, sonidos monocordes, vidas que caminan por los raíles y no se plantean jamás un cambio de dirección.
Me observo. Primero en contrapicado, con los pies en la tierra; me pregunto en qué momento dejé de flotar. El panorama cenital tampoco es mucho mejor: una calva creciendo en la coronilla, las canas sitiando poco a poco el reino menguante de los cabellos negros, aumentando la velocidad del proceso al ritmo machacón de las semanas y los meses previsibles. No me siento más sabio -lo digo por las canas- pero sí proclive a buscar estímulos que me hagan salir del hoyo, encontrar razones para arriesgar un poco, salir del camino trazado y olvidar que cumplí los treinta hace muchos años.
Rubén Blades tiene canas, y muchos años más que yo. Es abogado, con un posgrado en Harvard: desde hace casi medio siglo lanza discos, planea y ejecuta giras mundiales, arma historias fílmicas de héroes del pueblo -ojo al biopic de Mano de Piedra Durán, su compatriota en el ring, con De Niro y Usher en el reparto- y compone canciones maravillosas. Las carreras de Ray Barreto y Willie Colón estarían cojas sin sus colaboraciones con el ex ministro de cultura de Panamá en los años 70. A Robi Draco Rosa y Juan Luis Guerra les sigue aflorando la sonrisa al recordar aquella colaboración a tres bandas con Blades, ‘Encuentro' (2002), en un álbum que exudaba magia por todos los poros y estallaba en fiesta cuando se llevaba al directo. Hasta Calle 13 ha sabido arrimarse al autor de "Pedro Navaja" -abogado y en el magnético tema "La Perla"-.
El día 14, su tour "Cantos y Cuentos Urbanos" se detiene en el Palacio de los Deportes, gracias a la gestión de ACEGO y Evenpro. Los precios: RD$1,950 balcón, RD$3,950 palcos, RD$4,950 Palcos VIP, RD$5,950 VIP Box, RD$6,950 VIP B, RD$7,950 VIP A y RD$9,950 Front Stage. Son unos cuartos largos, pero invertidos en felicidad. Si ustedes se lo pueden permitir [líbreme yo de hablarles plepla si no puede, y excusen], no lo duden: es probable que no exista mejor destino para ese dinero en el supermercado de la alimentación cultural.
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