"Andrea Evangelina" sube a escena hoy y mañana.
POR ALFONSO QUIÑONES - Diario Libre
SANTO DOMINGO. Andrea Evangelina Rodríguez sufrió prejuicios triplemente. Por mujer, por negra y por médico.
Su historia la cuenta la obra "Andrea Evangelina", que acaba de subir a escena en el Palacio de Bellas Artes el "Día de la No Violencia contra la Mujer".
La obra de Chiqui Vicioso es dirigida por Radhamés Polanco y en el rol principal está la joven actriz Ruth Emeterio. El elenco lo completan el propio Radhamés, así como Marjorie Montás y Santiago Alonso. La escenografía es de José Miura.
La obra se pondrá de nuevo hoy jueves, a las 8 de la noche en Casa de Teatro y mañana viernes en el Centro Cultural Perelló de Baní, a las 6 de la tarde. Las entradas son gratis.
Sencilla cual mujer alguna
Una vieja canción trovadoresca canta así: "La vi/ sencilla cual mujer alguna...". Y sucede que Andrea Evanmgelina estaba hecha de esa dura sencillez que dan los orígenes humildes.
Una nota dice que fue huérfana y que vendió gofio para subsistir, además que tuvo que trabajar desde muy temprano para poder estudiar.
En una página de la UASD dice que su graduanda nació en Higüey el 10 de noviembre de 1879, hija de Ramón Rodríguez y Felipa Perozo, y que a los pocos años la llevaron a vivir a San Pedro de Macorís, donde fue una estudiante brillante.
Maestra y médico
Se graduó de Maestra Normal en el 1902 y un año después se inscribió en la Escuela de Medicina de la Universidad de Santo Domingo, siendo la primera mujer inscrita y graduada (el 29 de diciembre de 1911), con su tésis "Niños con excitación cerebral". El diploma le fue expedido 8 años después, el 19 de abril de 1919. Un año después marchó a París de donde realizó en 1925 trayendo bajo el brazo las especialidades en Ginecología y Obstetricia, además de Pediatría. El segundo expedido por la Maternité Baudelocque y el primero por la Clínica de Ginecología Brocá, donde trabajó con el eminente médico francés Jean Louís Faure, según la misma página.
Andrea Evangelina creó la iniciativa "La gota de leche", con la cual suministró leche a los bebés del barrio donde tenía su consultorio. Además enseñó a las comadronas y ejerció una destacada labor comunitaria. Murió pobre y olvidada por todos.
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