0
20/9/12 Post By: Ramón Pastrano, WebMaster

Ladrones honrados.


COSAS DE DUENDES
Ladrones honrados

Alicia Estévez
alicia.estevez@listindiario.com


Un pequeño tramo de hierro se desprendió de una verja. Era domingo. La dueña de la casa trata de contactar un herrero porque le preocupa el hueco que ha dejado el hierro caído.

“Por ahí cabe un hombre”, piensa y entiende que no debe amanecer así con la cantidad de ladrones que asaltan y atracan por todos lados. De modo que se enfoca en conseguir un herrero y le localizan uno por teléfono. Ella sabe que, por ser domingo, el trabajo puede salirle más costoso y se prepara para escuchar la cifra.

El individuo pregunta de qué se trata. Se le explica que un hierrito, equivalente a medio brazo de una persona adulta, se ha partido y es necesario soldarlo. El hombre responde, de inmediato, que por tratarse de un domingo y porque él vive muy lejos, eso va a salir “caro”.

Ella le pregunta qué tan caro y él responde que 2 mil 500 pesos. Ella cuelga, no sin antes darle las gracias al hombre por haberle cedido su costoso tiempo. Por suerte apareció alguien, vecino del cotizado herrero, que pese a que venía del mismo sitio, hizo el trabajo por mil pesos. Así que, en conclusión, el primero era un ladrón disfrazado de hombre de trabajo. Como él, en este país, hay muchos. Tantos como oficios o servicios uno requiera. Y no hay distinción de sexo, existen casi tantas ladronas como ladrones. Les cuento más historias.

Un cerrajero, contratado para poner pestillos adicionales a una puerta, se ofreció para comprarlos él mismo. Regresó con unos pestillos que aseguró le habían costado mil 500 pesos cada uno. La persona que lo contrató decidió darle un vistazo a las cajas donde vinieron los pestillos que, lamentablemente ya estaban puestos. Decían “pestillo sencillo”. Por supuesto, el precio había sido eliminado de todos lados. El cerrajero cobró seis mil pesos por un trabajo que, como mucho, debía andar por los tres mil. En fin, otro ladrón. A su vez, la dueña de un salón de belleza no tiene letreros con los precios. Esto le permite cobrarle a cada clienta de acuerdo a su apariencia y sus propinas. Es decir, a más propina, en lugar de gratitud, lo que la clienta recibe es un costo mayor por un artículo o un servicio que cuesta mucho menos. Así aparecen, también, agentes inmobiliarios que ofrecen precios diferentes a uno u otro comprador, para ganar un mayor porcentaje. El colmo son los hombres y algunas mujeres, aunque menos, seamos honestos, de “probada honestidad” que ante un divorcio, o la repartición de una herencia, se convierten en asaltantes y despojan a los que fueran sus seres queridos de lo que les corresponde aunque lleven la misma sangre del ladrón honrado. No tiene que decírmelo, sé que el término en sí mismo es una contradicción.

Pero es mi manera de llamar a esos amigos de lo ajeno de los que no te puedes proteger con una verja, ni una alarma. Y esos son más que los que roban a mano armada con la ventaja de que nadie los mete presos ni les llama ladrones. Bueno, yo sí.

Copyright Reserved ¡Qué Noche! con Pastrano 2010.
Design by: Bingo | Blogger Templates by Blogger Template Place | supported by One-4-All