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13/7/12 Post By: Ramón Pastrano, WebMaster

Malas decisiones que originaron grandes momentos de la historia del cine.


Terra

¿Os acordáis de la mítica escena de En busca del arca perdida en la que Indiana Jones le dispara aun espadachín? Pues bien, la única razón por la que filmaron aquella escena es que Harrison Ford tenía un terrible dolor estomacal y sufría diarreas. El actor sufría disentería y no se veía capaz de llevar a cabo la lucha de espadas prevista en el guión, así que improvisaron aquel gag en el set de rodaje, Al parecer, ese tipo de cosas ocurren en Hollywood todo el tiempo. Aquí, de la mano de la web Cracked.com, os presentamos una interesante lista de ejemplos con otras extrañas decisiones que originaron grandes momentos de la historia del cine.

6. El imperio contraataca – Han Solo fue congelado porque no sabían si Harrison Ford volvería a interpretarlo. Después de la mítica escena del “Yo soy tu padre”, el momento en el que congelan vivo a Han Solo es seguramente uno de los más memorables de toda la saga de La guerra de las galaxias. Básicamente, dicha escena existe únicamente debido a que Harrison Ford no se sentía del todo cómodo en la piel de Han Solo y no estaba seguro de querer volver a interpretarlo en El retorno del Jedi. En realidad, la película debía terminar con Han y Chewie volando en el Halcón Milenario, sanos y salvos. El problema era que, a diferencia de Mark Hamil y Carrie Fisher, Ford no firmó por dos películas más después del exitazo de La guerra de las galaxias. Ford pensaba que Han debía ser asesinado, el personaje no le interesaba demasiado. Y como Ford estaba tan indeciso, Lucas tuvo que inventarse una estrategia para “congelar” al personaje por si no volvía a aparecer.

5. Apocalypse Now – El exceso de peso de Marlon Brando cambio todo el final de la película. En la película de Francis Ford Coppola, Martin Sheen interpreta al Capitán Willard, un oficial norteamericano destacado en Vietnam al que le encargan encontrar y matar al Coronel Kurtz (Marlon Brando). Kurtz es un oficial condecorado que ha perdido el juicio y que vive en la jungla rodeado de nativos que lo adoran. Se trata de uno de los papeles más memorables de Brando, y una gran parte de su mística procede del hecho de que nunca vemos de forma clara al personaje: Kurtz está siempre cubierto por sombras. Tras dos horas y media de película, la confrontación final de los dos personajes es corta y anticlimática: Willard pilla un machete y acaba con Kurtz, que no ofrece casi resistencia. Pues bien, al parecer, Coppola había imaginado un final muy diferente, en el que Willard y Kurtz debían batirse en un feroz duelo físico. Sin embargo, Brando apareció el rodaje con un importante sobrepeso. Además, Brando no se había leído el guión y tenía poco interés en memorizar sus diálogos. Al final, Coppola optó por filmarlo entre sombras (casi siempre en primeros planos), le dio libertad para improvisar sus frases y simplificó notoriamente el choque final entre los protagonistas.

4. Se7en – El final de “la cabeza en la caja” se incluyó porque el director (David Fincher) leyó un guión no definitivo. Hacia el final de este magnífico thriller de los años 90, el asesino en serie (Kevin Spacey) se entrega a la policía y accede a llevar a los detectives Mills (Brad Pitt) y Somerset (Morgan Freeman) al lugar donde se encuentran los dos últimos cadáveres de sus víctimas. Una vez allí, llega un mensajero que trae una caja en la que se halla la cabeza de la esposa de Mills, que termina asesinando al criminal: 2 cadáveres. Ese era el final del guión original de la película. Sin embargo, el estudio New Line no quería algo tan arriesgado y encargó un nuevo guión, más suavizado y comercial. El problema es que a la hora de enviar el guión al director, David Fincher, lo del estudio se confundieron y le enviaron el guión original. Fincher quedó tan maravillado que decidió que debía defenderlo a capa y espada. Convenció a Freeman y Pitt de que ese guión tenía posibilidades y Pitt llegó a amenazar al estudio con no hacer la película si optaban por el nuevo guión. Así es como se terminó haciendo realidad el final de “la cabeza en la caja”.

3. Chinatown – La mítica frase “Olvídalo, Jake, esto es Chinatown” fue escrita después de que el guionista abandonase el proyecto. La última escena de Chinatown, la película de Roman Polanski es una de las más crudas, oscuras y fatídicas de la historia del cine. En dicha escena, la pobre heroína del filme es acribillada por la policía, que está compinchada con el corrupto padre de la chica. El padre, que había abusado de ella y la había dejado embarazada, termina llevándose a la hija/nieta con total impunidad. Por su parte, el detective Jake Gittes (Jack Nicholson) asiste indignado e impotente a los trágicos acontecimientos. Entonces aparece un policía y le dice: “Olvídalo, Jake, esto es Chinatown”. Originalmente, Chinatown tenía un final feliz que había sido escrito por Robert Towne. Durante el rodaje, Towne y Polanski colaboraron en la reescritura de ciertas partes de la película. Al final, la relación entre los dos se degradó hasta tal punto que Towne abandonó el proyecto antes del final del rodaje. A última hora, Polanski decidió cambiar el final de la película y escribió el nuevo final un par de noches antes de rodarlo.

2. Casablanca – El tema musical "As Time Goes By" se quedó en la película gracias a un corte de pelo. ¿Quién no recuerda el tema musical que Ilsa (Ingrid Bergman) le pedía a Sam que volviera a tocar? La canción, que escuchamos en varios momentos clave de la película, encaja a la perfección en la trama de Casablanca: la letra refleja a la perfección la amarga historia de amor truncada entre Ilsa y Rick (Humphrey Bogart). El problema era que Max Steiner, el autor de la banda sonora de la película, odiaba la canción y, de hecho, recibió el permiso de la productora para escribir un nuevo tema musical. La película ya se había rodado con As Time Goes By, pero el estudio había aceptado volver a rodar las escenas en la que la canción tenía un papel crucial. Lo que evitó dicho disparate fue que Ingrid Bergman ya se había cortado el pelo para su papel de Por quién doblan las campanas, con lo cual el cambio resultaba muy complicado y se descartó. Y la canción se acabó convirtiendo en una de las más míticas de la historia del cine. 


1. ¡Qué bello es vivir! – La película se convirtió en un clásico debido a un error de papeleo. Durante décadas, la película de Frank Capra protagonizada por James Stewart se ha emitido por televisión incontables veces, sobre todo durante las vacaciones navideñas, convirtiéndose en un clásico incontestable. Sin embargo, si escarbamos en la intra-historia del filme, descubriremos que la única razón por la que la película se emitía tanto por televisión es que ¡era gratis! Cuando la película se estrenó en 1946, recibió críticas poco entusiastas y se estudio recuperó la inversión por poco. Y, de hecho, precisamente porque a nadie le importaba demasiado la película, en 1974 a alguien se le olvidó renovar el copyright del filme (algo que se hacía cada 28 años) y la obra pasó al dominio público. Las pequeñas emisoras de televisión encontraron en la película de Capra un filón muy económico y convirtieron el filme en un elemento imprescindible de toda navidad. Así se escribió la historia. 

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