20/7/11
Post By: Ramón Pastrano, WebMaster
Aumento de lagos Enriquillo y Azuei no es nuevo, explica Geólogo Osiris de león.
-El lago Enriquillo mantiene su crecimiento desde hace varios años, llegando a ocupar más de 143,000 tareas.
-Dice solución es reubicar las poblaciones y actividades agrícolas fuera de zona inundación.
Hoy.com.do
El geólogo Osiris de León afirmó que los lagos Enriquillo en República Dominicana y Étang Saumâtre o Azuei en Haití, siempre han tenido períodos de crecimiento vinculados a tormentas o huracanes que han aportado grandes caudales de aguas superficiales y subterráneas y luego han descendido debido a largas sequías, pero siempre recuperan sus espacios.
De León plantea que por tanto deben ser reubicados los agricultores, ganaderos, las oficinas públicas y los habitantes de la zona, fuera de las franjas de inundación máxima de los lagos, ya que las fluctuaciones de los lagos van a seguir de forma permanente.
“El lago no ha invadido las tierras de la gente. Es la gente la que ha invadido las tierras del lago”, expresó.
Apuntó que siempre que el lago Enriquillo reciba un caudal superior a 750 millones de metros cúbicos por año ha de subir de nivel, y siempre que el Étang Saumâtre reciba agua por encima de 288 millones de metros cúbicos anuales, también subirá porque estos lagos solo suben cuando les entra más agua de la que evaporan.
Sostuvo que si el lago Enriquillo continuara subiendo indeteniblemente, cosa que es muy poco probable, entonces llegaría un día en que alcanzaría un nivel superior a los ocho metros sobre el nivel del mar y a partir de ese momento descargaría sus aguas hacia el mar, mientras el lago Étang Saumâtre no podría subir por encima de los 32 metros sobre el nivel del mar.
“Si lo anterior ocurriese en un ejercicio futurista, entonces se inundaría toda la comunidad de Boca de Cachón, la cual está a 28 metros por debajo del nivel del mar, y se inundarían las áreas bajas que estén por debajo de los 8 metros sobre el nivel del mar en Duvergé, Vengan a Ver, Las Baitoas, Villa Jaragua y Mella; pero La Descubierta, Postrer Río, Neiba, Galván, Angostura, Las Salinas y Cabral nunca se inundarían”, detalló.
Juntos en el pasado. De León recordó que ambos cuerpos de agua junto a la laguna de Cabral son remanentes de un antiguo canal marino que comunicaba a la bahía de Neiba con lo que hoy es Puerto Príncipe (Haití), en un pasado geológico en que la sierra de Baoruco estaba separada del resto de la isla Hispaniola.
Explicó que parte de las aguas del Étang Saumâtre drenan de forma subterránea al Enriquillo, gracias a que el terreno que los divide es de muy alta permeabilidad.
En adición a esto, el lago Enriquillo recibe grandes caudales subterráneos provenientes de los manantiales de Las Barías, en La Descubierta; Boca de Cachón, al noreste de Jimaní; La Zurza, al oeste de Duvergé; y Las Marías, al este de Neiba.
Además, caudales superficiales del río Las Damas, río Barreras, río Bermesí, río Panzo, río Guayabal, río Blanco y los canales de riego y que en estos últimos años han superado los 1,100 millones de metros cúbicos anuales.
De León señala que el lago Enriquillo, por ser una cuenca muy profunda, la cual está muy por debajo del nivel medio del mar, sólo puede perder agua mediante el proceso de evaporación, pero si la recarga neta es superior a esa cantidad como ha sido en estos dos años, entonces su nivel va a subir y va a recuperar los espacios y las tierras vecinas que siempre le han pertenecido, desde mucho antes que el ser humano habitara estas tierras inhóspitas.
Recordó que el huracán David y la tormenta Frederick, de septiembre de 1979, aportaron tan altos volúmenes al lago Enriquillo que su nivel subió extraordinariamente y la isla Cabritos volvió a ubicarse en el centro del lago. Dijo que durante las décadas de los años 80 y 90 ambos lagos descendieron de nivel, fruto de que los caudales anuales recibidos eran inferiores a las tasas de evaporación.
Sin embargo, apuntó De León, las fuertes precipitaciones pluviales caídas sobre la región Suroeste del país, durante el paso de la tormenta Noel en octubre de 2007, descargaron 700 milímetros de lluvias, en apenas cinco días, en un valle donde la precipitación promedio es del orden de los 450 milímetros anuales. Esto provocó una gran escorrentía de los ríos que drenan hacia esos lagos y una sustancial recarga de los acuíferos cavernosos de las sierras de Neiba y de Baoruco, acuíferos que drenan, subterráneamente, parte de sus aguas hacia estos lagos.
A esto se suma, explica De León, el hecho de que al abrir por varios días los desagües de las presas de Sabaneta y Sabana Yegua, los caudales del río Yaque del Sur se incrementaron extraordinariamente, en algunos casos hasta 350 metros cúbicos por segundo, y como desde hace varios años gran parte del agua del río Yaque del Sur ha sido desviada hacia la laguna de Cabral y desde ahí drena hacia la porción oriental del lago Enriquillo, esto también contribuyó a que ese lago subiera de nivel.
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No se unirán
De León sostiene que los lagos Sumatra y Enriquillo no se van a unir porque aunque ambos lagos están separados por sólo cuatro kilómetros, el Sumatra está a casi 20 metros por encima del nivel del mar y a 55 metros por encima del nivel del Enriquillo.
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