Cardiólogo Dr. Tirso Roa Castillo da servicio gratis a la gente pobre. "¡Qué Bien!"

Pie de foto: El doctor Tirso Roa Castillo presta atención médica a uno de sus pacientes.

El doctor Tirso Roa Castillo ofrece la ayuda y regala medicamentos a través de la Fundación Nacional de Cardiología y Asistencia Médica en Los Ríos.

Silvio Cabrera - elnacional.com.do
Bajo el lema de “devolverle al país parte de lo que el país me dio”, el cardiólogo Tirso Roa Castillo se ha convertido en un médico que gracias a sus servicios ha logrado que cientos de personas salven la vida y bajar en su pueblo natal el índice de muertes súbitas de un 15 a un tres por ciento.
Se trata de un general de la Policía que, a decir de sus pacientes, es un militar con alma de civil, debido a que prácticamente a nadie cobra para ofrecerles sus servicios.

Con 58 médicos que lo acompañan, el doctor Roa Castillo abandona diariamente su confortable consultorio de la Clínica Abel González para irse a su fundación, en la avenida Circunvalación número uno de Los Ríos, donde atiende a decenas de pacientes de escasos recursos económicos, incluyendo policías que por una u otras razones no reciben asistencia médica en el hospital policial.
Se trata de la Fundación Nacional de Cardiología y Asistencia Médica, en donde el doctor Roa Castillo, además de atender a pacientes con afecciones cardíacas, les regala parte de los medicamentos y otros los vende a mitad de precio.
“La idea es devolverle al país parte de lo que el país me dio y de enseñarle a la población como vivir en salud en base a lo que yo llamo las tres reglas fundamentales, que son el sobrepeso, la diabetes y la hipertensión”, precisó el doctor Roa Castillo, entrevistado en su consultorio de la Fundación.
Dijo que su esfuerzo está encaminado en tratar de enseñarles a los ciudadanos que si se cuidan del sobrepeso, de la diabetes y la hipertensión, no tendrán problemas de salud.
“De lo que se trata es más que de un de un proyecto de salud es de un proyecto de prevención, con el propósito de bajar el índice de muertes súbitas”.
Declaró que, por ejemplo, ese propósito ya lo ha logrado en su pueblo natal, Las Matas de Farfán, en donde el índice de muertes súbitas era de un 15 por ciento y ahora es de un tres.
Roa Castillo nunca soñó con ser médico y se dedicó al estudio de la medicina a partir de la muerte de su padre, quien pereció a los 63 años como consecuencia de una mala medicación.
“A partir de ahí decidí estudiar medicina y dedicarme, en especial al cuidado de mi madre, logrando que muriera sin complicaciones mayores a los 93 años de edad”, precisó Roa Castillo.

La Fundación
La Fundación no tiene subvención del Estado ni de ninguna institución privada y opera con la colaboración de los laboratorios, de quienes adquiere medicamentos para venderlos a los pacientes a precio de costo. También dona marcapaso a los pacientes.