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11/4/11 Post By: Ramón Pastrano, WebMaster

Chucho Avellanet habla de su lucha contra cáncer.

Chucho Avellanet
El cantante puertorriqueño afirma que el humor es la clave.

(El Nuevo Día).- El cantante Chucho Avellanet afirma que el humor es la clave en la lucha para curar el cáncer. “Los médicos te aconsejan reír y en las terapias te ponen películas cómicas. A casa iban Bizcocho, Gilberto Santa Rosa, Cucco Peña, todos los panas se juntaban a hacer chistes. Pero tan pronto se iban me volvía a sentir mal. Hubo gente que me decía que no me llamaba por no molestarme y eso era lo que quería. La despedida de año 2010 se quedó en casa”, señala.
El día que Avellanet se sometía a su segunda quimio como parte del tratamiento del cáncer de linfoma no Hodgkin que estaba padeciendo, en un piso más abajo del hospital nacía su primera nieta, Sofía Isabel, hija de Luis Armando Avellanet. El 11 de enero del 2011.
En ese momento nieta y abuelo luchaban por su vida. La bebé nació con una condición que la mantuvo varios días en la sala de intensivo. Hoy, superadas las pruebas, Chucho, a quien ya le ha comenzado a salir el pelo que la quimio se llevó y en franca recuperación, sólo espera a que su “princesa” esté más grandecita para llevarla al parque.
“Ese día cuando terminé la quimioterapia en el hospital Auxilio Mutuo me coloqué una mascarilla en la cara y entré en intensivo. La vi y lloré de la emoción. Estaba llena de cablecitos que le habían puesto. Sólo pude estar unos minutos porque me habían prohibido ir a hospitales y funerarias. Estaba también Marisela Berti (su ex esposa) con su hermana Marina. Ellas se quedaron afuera para que yo pudiera entrar con mi esposa Marisel (García Padilla). Mi nuera (Yanira Henríquez) me lleva a la nena siempre. Yo le llamo Sofía Isabel Borbón porque tiene nombre de reina. Está hermosa, linda, grande, estoy loco que crezca para llevarla a pasear.

Tal vez este preámbulo sirva para trazar la personalidad, siempre amable y risueña, del cantante que fue ídolo juvenil en los años sesenta y después ha unido una década tras otra para deleitar y divertir a generaciones completas con la perfección de su voz. Así, a pocos meses de su lucha contra el cáncer, y a vísperas de cumplir los 70 (el 30 de agosto), Chucho, quien se mantiene activo en la televisión con su programa por el Canal 6, accedió a conversar con El Nuevo Día.

¿Pensaste alguna vez durante el proceso que no vivirías para conocerla?
“Nunca creí que mi vida estuviese en peligro. A mí me sacaron un tumor benigno junto con una costilla en el lado izquierdo y los médicos me mandaron los tratamientos para erradicar el cáncer. Lo peor de todo fueron las quimioterapias, son dolorosas, fastidiosas, tienen efectos secundarios y no se lo deseo a nadie, porque la enfermedad ni se siente pero la quimio no da tregua. Las radioterapias, que fueron 20, son más tolerables. Sólo te da un poco de decaimiento. Las terminé el pasado martes y me gradué con diploma y todo. Tengo las fotos.

Subraya que su esposa estuvo con el en todo momento, “a mi hijo Luis Armando y el resto de la familia les dije que lo mío no era para preocuparse y que no permitieran que ningún medio les alarmara”.

De sus miedos dice que lo peor fue cuando me dieron la noticia porque había visto el proceso en un sobrino de Marisela (Berti) que le dio cáncer y todavía no había los remedios de ahora. Fue terrible y en aquel entonces pensé que si eso me pasaba a mí no lo iba a aguantar. No temía morir porque el médico me había dicho que el tumor no había invadido mucho y que si a él le daba cáncer algún día le gustaría que fuera ése. Cuando me operaron me fui a casa contento y feliz y a los pocos días el médico me notificó que tenía cáncer.

Chucho dice que la primera quimio fue impresionante, ver todos esos letreros que decían 'cáncer', uno siente que es lo último. Te advierten todo lo que te puede pasar: que se te cae el pelo, los síntomas que te van a dar y sobre todo que no dejara que te dé dolor porque te sube la presión. Nunca he sido pastillero y al único médico que iba de vez en cuando era al otorrinolaringólogo cuando me sentía mal porque no puedo estar sin cantar. El procedimiento te afecta todo, te deja sensaciones raras en los dedos en los pies, te dan calambres y no dan ganas de comer. Si llego a estar solo no hubiese hecho nada. Te da una sensación de llenura, no quería ni tomar agua para hidratarme, lo hacía porque mi mujer insistía.

Soportaba el helado, y el médico le decía a mi esposa que me diera todo lo que me apeteciera. Me di gusto comiendo dulces, grasas, huevos fritos con arroz, era la envidia de la casa por eso aumenté de peso. Ya para la segunda y tercera terapia me achocaba, pero aún con sueño y cansancio no podía dormir, no me podía acomodar de ningún lado, todo me dolía, es como una monga rompehuesos.

¿Qué hiciste cuando se te empezó a caer el pelo?
Fue en la segunda quimio que se me cayó el primer mechón y llamé a Maggy Román para que me pelara. No se me cayó el pelo de las cejas ni de las pestañas. Hubo una señora en la sala de espera del hospital que cuando le mostré que se me estaba cayendo, me dijo ‘cuando a mí me pasó me eché agua en la cabeza, me puse una toalla y me arranque todo el pelo'. Yo no hubiera podido.

¿Es el humor parte de la cura?
El humor es la clave, los médicos te aconsejan reír y en las terapias te ponen películas cómicas. A casa iban Bizcocho, Gilberto Santa Rosa, Cucco Peña, todos los panas se juntaban a hacer chistes. Pero tan pronto se iban me volvía a sentir mal. Hubo gente que me decía que no me llamaba por no molestarme y eso era lo que quería. La despedida de año 2010 se quedó en casa la familia de Marisel de Coamo. Le pregunté al doctor si me podía tomar una copa de vino y me dijo que hasta dos y eso hice, más una de champán. Estuve hasta las 3:30 de la mañana despierto sin sentirme mal con mi cuñado y su yerno esperando a que se tiraran a la piscina borrachos, me reí muchísimo con ellos y tan pronto me acosté comenzaron los malestares. Era un tormento.

Se terminó el procedimiento ¿Ahora qué queda?
Tengo que hacerme chequeos cada tres meses hasta tres años que es cuando me dan de alta. Le aconsejo a todo el mundo que se revisen porque no quisiera que alguien pasara por lo que yo pasé. Los efectos de la quimioterapia son terribles, el remedio es doloroso, y yo sólo tuve tres de seis que me habían ordenado, es decir que el linfoma no era tan grave. Había otros a mi alrededor que recibieron hasta diez, o más, eso sí que es terrible.

¿Cómo ves la vida ahora?
Siempre he querido ser algo más que un buen cantante, una mejor persona. Tan pronto empecé a pasar por esto sentí que Dios me mandó esta enfermedad como una bendición para que uno se humanice más y vea las cosas diferentes. Sigo siendo el mismo, no puedo cambiar mi manera de ser, pero ha cambiado mi manera de ver la vida, de agradecer a Dios por un día bonito, aunque esté lluvioso, por una noche preciosa con una luna maravillosa como la que tuvimos el otro día. Me estoy levantando temprano y me siento en una silla en el patio a dar gracias por un nuevo día. Es bonito, ha sido una experiencia única que aunque no quisiera que volviera a pasar le agradezco a Dios por haberme dejado pasar por esta experiencia para seguir con mi intención de ser una mejor persona.

¿De qué manera ayudarías a otros pacientes de cáncer, ahora que el hospital Oncológico del Centro Médico está atravesando por una de sus peores crisis económicas?
Estoy organizando la ‘Bohemia de la esperanza’ para levantar fondos para los pacientes que no pueden costear un tratamiento tan costoso. Se va presentar el 9 de junio en el Teatro Ambassador de Santurce. Voy a ser el padrino de este movimiento y me voy a involucrar para que el próximo año, en vez de presentarla en el teatro de Luisito Vigoreaux, sea en un ballrooom. Hasta ahora confirmados están Alberto Carrión, Cheo Feliciano, Gilbertito, Cucco, Ismael Miranda, y los que quieran participar pueden llamar a mi representante Dinia Crespo.

¿Cómo te sientes de la tiroide?
Está bien, antes del linfoma me la habían quemado con yodo radiactivo. En noviembre voy a celebrar otro evento por la tiroide. Me voy a convertir en el niño símbolo de todas las causas.

¿Cuándo regresas al Show de Chucho por PRTV?
El miércoles grabo, ya hice un número con Gilbertito y hago el resto ahora. Estoy loco por empezar y me dio una gran alegría ir al canal y que me hayan recibido como lo hicieron. Todavía no sé cuándo va al aire, sólo que es un domingo. Estuve cuatro meses sin cantar por el procedimiento y estaba preocupado pero el doctor me dijo que si Dagmar que le dio cáncer en la garganta está cantando, yo no iba a tener ningún problema, y así ha sido tengo mi voz intacta.

Este año estás celebrando tus 50 años de carrera, a partir del 27 de agosto en el Teatro Yagüez de Mayagüez y luego en Caguas y Ponce. ¿Cómo se siente cantar durante medio siglo y seguir disfrutando del cariño del público?

Como siempre he sido un muchacho, un niño, no me pesan los años. Me siento igual que cuando celebré los 25 y estaré cantando hasta el final de mis días. El año pasado fuimos a ver a Tony Bennett en Fort Lauderdale en Florida, y con 80 años está cantando como el primer día, y yo que cumplo 70 en agosto voy a estar mejor.

¿Qué otras presentaciones tienes?
El 6 de mayo vuelvo en concierto con Lissette en “Acompáñame”, en el evento que le ofrece el Municipio de Bayamón a todas las madres. Lissette fue otra que me llamaba tres o cuatro veces a la semana en el proceso y nos vimos una vez. Además, en dos semanas comienzo a ponerle la voz a mi próximo disco que sale antes del verano con éxitos de los años 70 y 80 de Sandro y Roberto Carlos entre otros en una producción de Ángel Carrasco.

¿Estás listo para retomar tu vida normal?
Claro, lo único que no puedo hacer es coger sol por órdenes médicas, pero ya estoy jugando golf, me cubro bien el cuerpo, me pongo mi gorrita y mucho bloqueador solar. También estoy haciendo ejercicios con una entrenadora que estudió unos cursos para trabajar con pacientes de cáncer porque estaba que caminaba un poquito y me cansaba, pero con la sábila y los entrenamientos dos veces a la semana donde me dan lagartijas y pesas, estoy mucho mejor. Ahora voy a sacar la bicicleta que tengo guardada para dar vueltas por la urbanización. Me tengo que preparar bien para cuando empiece a corretear detrás de Sofía Isabel de Borbón.

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