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7/12/10 Post By: Ramón Pastrano, WebMaster

PERDER LA CHAVETA.

ALEXIS MÁRQUEZ RODRÍGUEZ
Así se puede perder la chaveta
En Venezuela, como en casi todos los países de lengua castellana, es muy común la frase perder la chaveta, para referirse a alguien que ha perdido la razón, que se ha vuelto loco, cualquiera que sea el grado o gravedad de este trastorno, e incluso si es pasajero. No siempre se trata de una situación realmente patológica, pues a veces se emplea para referirse a una persona que momentáneamente se enfureció, entrá en una crisis de ira, comenzó a despotricar contra algo o contra alguien, lo cual también se dice con la frase perdió los estribos,  o se puso histérico, y luego recupera, si no la sindéresis, al menos la calma.
La frase perder la chaveta tiene cierta tonalidad festiva, y es más propia del lenguaje coloquial. También suelen emplearse con el mismo sentido el verbo deschavetarse (DRAE: "Perder el juicio, volverse loco") y el adjetivo deschavetado ("Chiflado, que ha perdido la chaveta"), en Venezuela dichos en forma popular: eschavetarse y eschavetao.
Pero, ¿qué es la chaveta? La chaveta es una especie de clavo cuyo cuerpo, poco más abajo de la cabeza, está hendido de arriba abajo, por lo que aparenta ser dos clavos en vez de uno, unidos en la parte superior por una sola cabeza. La chaveta se introduce por un orificio abierto en una pieza generalmente de hierro o de madera, casi siempre para unir a ella otra pieza, y una vez que las dos puntas de la chaveta salen por el extremo opuesto del orificio se doblan en sentidos opuestos, de modo que los extremos así doblados sostienen firmemente unidas las piezas que se quiere mantener juntas.
También es frecuente que la chaveta, en este caso más pequeña, se emplee en el extremo de una barra que corre entre una o más argollas, para evitar que dicha barra se salga o deslice fuera de las argollas. Esto se hacía con los grillos que, en el siglo XIX y en parte del XX, bajo las tenebrosas e inhumanas dictaduras de Cipriano Castro y Juan Vicente Gómez, se les ponía a los presos sobre los pies, a la altura de los tobillos, para entrabar sus movimientos. Los grillos eran dos piezas de hierro en forma de U, cuyas puntas formaban sendos aros. Por estos aros se deslizaba una pesada barra de hierro, hasta de sesenta libras, con una cabeza en un extremo y un orificio en el extremo opuesto. En este orificio se introducía una chaveta, de modo que la barra no pudiera salirse de las argollas. De ese modo los pies del preso quedaban unidos por la barra y los grillos, lo que dificultaba sus movimientos.
La palabra chaveta  nos llega del Italiano dialectal, ciavetta (chiavetta en Italiano común), pero es de origen latino, de clavis (que a su vez viene del Griego, de klais o klafis), que, entre otras cosas, significa llave, y también cerrojo y barra o tranca para cerrar una puerta.
En cuanto a la expresión perder la chaveta, parece tener relación con otras equivalentes, como faltarle a alguien un tornillo, o tener un tornillo flojo.
Alexis Márquez Rodríguez es miembro de la Academia Venezolana de la Lengua.

http://www.unidadenladiversidad.com/historico/opinion/opinion_ant/2004/mayo_2004/opinion_120504.htm

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