25/9/10
Post By: Ramón Pastrano, WebMaster
Falta de sueño causa varias enfermedades.
COLOMBIA PAEZ - El Nuevo Herald
La conocida cantaleta de las madres y las abuelas para que niños y jóvenes se acuesten temprano, con la consecuente amenaza de "te vas a enfermar si no duermes'', ha sido validada por las autoridades de salud y por la Escuela de Medicina de Harvard, que examina la conexión entre la falta de sueño y una serie de enfermedades que pueden incluso llegar a ser fatales.
Explican los expertos que la insuficiencia de sueño, incluso por un corto período de tiempo, no sólo incrementa la presión arterial sino también los niveles en las hormonas de estrés. Fuera de esto, la falta de sueño dificulta que el cuerpo pueda procesar los niveles de azúcar en la sangre y reduce los niveles de leptina, una hormona que regula o baja los niveles del apetito. Estos dos cambios, advierten los investigadores, pueden conducir no sólo a un aumento de peso, sino también a desarrollar diabetes. Como si fuera poco, la falta de sueño también incrementa la inflamación en el organismo, lo que se considera un elemento clave en el desarrollo de enfermedades cardíacas.
En el caso de los adolescentes, los rápidos cambios fisiológicos, emocionales y sociales, afectan notablemente su sueño. Los adolescentes y jóvenes necesitan más horas de sueño que los pequeños escolares, pero duermen menos, lo que ocasiona varios problemas. El doctor Kyle P. Johnson explica que la fatiga, somnolencia y especie de mareo durante el día afectan el desempeño en el aula porque reduce la concentración y provoca una especie de pequeña pérdida de memoria. Fuera de esto, los adolescentes y jóvenes se vuelven más propensos a ser heridos, especialmente en accidentes de auto, amén de que la falta de sueño incrementa el riesgo a desarrollar depresión y al uso de alcohol y drogas.
Entre los factores externos que influyen para no dormir lo suficiente están malos hábitos como: ver televisión hasta altas horas de la noche, navegar por la internet dedicando varias horas a los sitios sociales y mantener prendido el celular, ya que su timbre o vibración llega a interrumpir los ciclos de sueño, impidiendo un descanso profundo que permita llevar suficiente oxígeno al cerebro.
Señalan los investigadores que la falta de sueño noche tras noche afecta de igual forma a la población adulta y, de acuerdo con el más reciente sondeo de la National Sleep Foundation, se conoce que cerca de la mitad de la población adulta en el país le roba horas al sueño para terminar un trabajo, aparte de los factores ya mencionados.
El tiempo de horas de sueño recomendado, según el reporte de Harvard, es de ocho horas diarias; sin embargo, la gente duerme menos de siete.
Un estudio publicado en The Archives of Internal Medicine, realizado en el 2009, revela la conexión entre la insuficiencia de sueño con las enfermedades virales. Quienes durmieron menos de seis horas quedaron tres veces más expuestos a contraer más virus y bacterias que quienes cumplieron un patrón de ocho horas diarias de sueño.
Otros estudios relacionan la falta de sueño con las enfermedades cardíacas, incluyendo altos niveles de colesterol y triglicéridos, e incremento en la presión arterial. Otra de las causas es la apnea del sueño, una interrupción momentánea del suministro de aire al cerebro, que dispara condiciones como arritmia e incrementa el riesgo de derrame cerebral y falla cardíaca.
Los expertos recomiendan:
-Restablezca su reloj interno: vaya a dormir a la misma hora.
-Evite consumir alcohol y bebidas cafeinadas al final de la tarde.
-Si se despierta en la noche para orinar, evite ingerir bebidas cerca de la hora de acostarse.
-Cambie colchones y almohadas para tener el soporte que su cuerpo necesita.
-Evite la luz a la hora de dormir.
-Apague todo aparato que le robe el sueño.
-El ejercicio es un buen inductor del sueño, pero evítelo tres horas antes de acostarse.*
Para más información visite: http://www.health.harvard.edu/ew healthbeat/how-sleep-loss-threaew tens-your-health, www.sleepew foundation.org, www.apa.org/toew pics/sleep/why.aspx. En Miami varios hospitales y la Universidad de Miami cuentan con centros del sueño.
La conocida cantaleta de las madres y las abuelas para que niños y jóvenes se acuesten temprano, con la consecuente amenaza de "te vas a enfermar si no duermes'', ha sido validada por las autoridades de salud y por la Escuela de Medicina de Harvard, que examina la conexión entre la falta de sueño y una serie de enfermedades que pueden incluso llegar a ser fatales.
Explican los expertos que la insuficiencia de sueño, incluso por un corto período de tiempo, no sólo incrementa la presión arterial sino también los niveles en las hormonas de estrés. Fuera de esto, la falta de sueño dificulta que el cuerpo pueda procesar los niveles de azúcar en la sangre y reduce los niveles de leptina, una hormona que regula o baja los niveles del apetito. Estos dos cambios, advierten los investigadores, pueden conducir no sólo a un aumento de peso, sino también a desarrollar diabetes. Como si fuera poco, la falta de sueño también incrementa la inflamación en el organismo, lo que se considera un elemento clave en el desarrollo de enfermedades cardíacas.
En el caso de los adolescentes, los rápidos cambios fisiológicos, emocionales y sociales, afectan notablemente su sueño. Los adolescentes y jóvenes necesitan más horas de sueño que los pequeños escolares, pero duermen menos, lo que ocasiona varios problemas. El doctor Kyle P. Johnson explica que la fatiga, somnolencia y especie de mareo durante el día afectan el desempeño en el aula porque reduce la concentración y provoca una especie de pequeña pérdida de memoria. Fuera de esto, los adolescentes y jóvenes se vuelven más propensos a ser heridos, especialmente en accidentes de auto, amén de que la falta de sueño incrementa el riesgo a desarrollar depresión y al uso de alcohol y drogas.
Entre los factores externos que influyen para no dormir lo suficiente están malos hábitos como: ver televisión hasta altas horas de la noche, navegar por la internet dedicando varias horas a los sitios sociales y mantener prendido el celular, ya que su timbre o vibración llega a interrumpir los ciclos de sueño, impidiendo un descanso profundo que permita llevar suficiente oxígeno al cerebro.
Señalan los investigadores que la falta de sueño noche tras noche afecta de igual forma a la población adulta y, de acuerdo con el más reciente sondeo de la National Sleep Foundation, se conoce que cerca de la mitad de la población adulta en el país le roba horas al sueño para terminar un trabajo, aparte de los factores ya mencionados.
El tiempo de horas de sueño recomendado, según el reporte de Harvard, es de ocho horas diarias; sin embargo, la gente duerme menos de siete.
Un estudio publicado en The Archives of Internal Medicine, realizado en el 2009, revela la conexión entre la insuficiencia de sueño con las enfermedades virales. Quienes durmieron menos de seis horas quedaron tres veces más expuestos a contraer más virus y bacterias que quienes cumplieron un patrón de ocho horas diarias de sueño.
Otros estudios relacionan la falta de sueño con las enfermedades cardíacas, incluyendo altos niveles de colesterol y triglicéridos, e incremento en la presión arterial. Otra de las causas es la apnea del sueño, una interrupción momentánea del suministro de aire al cerebro, que dispara condiciones como arritmia e incrementa el riesgo de derrame cerebral y falla cardíaca.
Los expertos recomiendan:
-Restablezca su reloj interno: vaya a dormir a la misma hora.
-Evite consumir alcohol y bebidas cafeinadas al final de la tarde.
-Si se despierta en la noche para orinar, evite ingerir bebidas cerca de la hora de acostarse.
-Cambie colchones y almohadas para tener el soporte que su cuerpo necesita.
-Evite la luz a la hora de dormir.
-Apague todo aparato que le robe el sueño.
-El ejercicio es un buen inductor del sueño, pero evítelo tres horas antes de acostarse.*
Para más información visite: http://www.health.harvard.edu/ew healthbeat/how-sleep-loss-threaew tens-your-health, www.sleepew foundation.org, www.apa.org/toew pics/sleep/why.aspx. En Miami varios hospitales y la Universidad de Miami cuentan con centros del sueño.
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