Director de Migración destituye funcionario responsable de abuso contra pareja haitiana que se besó en la calle

VIOLACIÓN A LOS DERECHOS HUMANOS.
En conversación con el periodista Ramón Colombo, Pared Pérez aclaró que no autorizó a ningún empleado a apresar a Nicodem Cony y a Yoselin Guerrier, casados y residentes legales en la República Dominicana.
EFE y servicios de Clave Digital con datos y fotos cortesìa de El Nacional - viernes, 28 de mayo de 2010, 04:39 p.m.
SANTO DOMINGO, DN.-  El director general de Migración, vicealmirante Sigfrido Pared Pérez, manifestó su desagrado y dispuso “medidas drásticas” contra los funcionarios y oficiales de esa entidad que cometieron el abuso de perseguir a una pareja de esposos haitianos, vendedores ambulantes, sólo porque se besaron en la calle.

Según informó la agencia EFE, el responsable de asuntos haitianos de la Dirección General de Migración, Rafael Florián Florián, responsable del atropello, fue destituido.  El portavoz del organismo, Ambiorix Rosario, dijo a Efe que el funcionario fue destituido porque no notificó a su superior de este caso, al tiempo que subrayó que "ningún" empleado de migración puede disponer de forma unilateral las redadas contra los inmigrantes.


Los empleados de Migración, que apresaron a Nicodem Cony, pero no a su esposa, que logró huir, reaccionaron de manera abusiva luego que el periódico El Nacional publicó la historia del romance de la pareja y los captó dándose un tierno beso en la avenida John F. Kennedy, zona en donde se ganan vida como vendedores de tarjetas de llamadas telefónicas. 


Según narra el periódico El Nacional, en una información del periodista Teófilo Bonilla, los agentes de Migración se presentaron al lugar acompañados de cinco militares preguntando “¿Donde está Nicodem?”, el jueves a las 2:00 de la tarde.

Indica que un teniente a bordo de una yipeta Ford, más tres militares, se desmontaron de un minibús y otros dos de una motocicleta, se tiraron en la intersección donde vendía tarjetas de llamadas la pareja y con El Nacional en las manos, llegaron y preguntaron por Nicodem.

Según el diario, el joven respondió responsablemente “Yo soy Nocodem”, y a seguida los agentes de Migración le solicitaron sus documentos, y le pusieron las esposas.

“Llegaron preguntando por mí con el periódico en las manos, me apresaron, me pusieron las esposas, los demás compañeros huyeron a igual que Yoselín (su esposa)”, dijo Cony a El Nacional.

Agregó que le preguntaron por sus documentos y les dijo que estaban en sus bolsillos. “Los saqué y se los mostré, vieron que estaban legales y que tengo residencia en República Dominicana hasta diciembre”.

Nicodem dijo por teléfono a eso de las 10:15 de la mañana: “yo ahora estoy en Haina preso, me llevan para la Dirección de Migración de la Feria dentro de un rato, no sé con qué fin”.

El haitiano Miguel Loise, quien sostuvo reside en el país legalmente, al deplorar la actitud de Migración explicó que “ellos vinieron directamente a buscar a Nicodem, él mostró los documentos que están legales, no apresaron a otros haitianos porque huyeron”.

La actitud de los miembros de Migración fue deplorada ayer por personas que observaron la acción de los militares.

El Nacional volvió a contactar ayer a la joven pareja con el propósito de organizar y financiar sus bodas, pero se encontró con la grata noticia de que ya estaban casados.

Se casaron hace cuatro años y procrearon a Yonisca, de tres años de edad y a Jefrey, de año y medio. Yoselin expresa que siente gran placer de salir a trabajar junto a su esposo.

El diario El Nacional condenó la actitud de los empleados de Migración con el siguiente comentario editorial:


Rastrería

La sucia,  burda, ilegal y rastrera respuesta de la Dirección de Migración a la tierna historia publicada ayer por El Nacional sobre  dos jóvenes haitianos que disfrutan de su segunda luna de miel, ha sido la de apresar e intentar deportar a extranjeros que venden tarjetas telefónicas en la vía pública, en una acción sorpresiva, improvisada, cruel y cobarde. Desde siempre y a las narices de las autoridades,  decenas de haitianos realizan actividades de comercio en  calles y avenidas de Santo Domingo y otras ciudades de la República, pero esa gente reacciona ante un problema anejo el mismo día que este periódico publicó el reportaje del joven haitiano que trajo a su esposa desde Haití para reunificar aquí a su familia. Ambos tienen permiso de residencia que vencen en diciembre y migración amenazó quitarles la residencia por “ofensas al pudor” pasando por alto la existencia de “la bolita del mundo”.