4/2/14
Post By: Ramón Pastrano, WebMaster
Palabras de Minou en el velatorio de Doña Dede Mirabal: "CUANDO TODO NOS FALTÓ, ESTABAS TÚ"
CUANDO TODO NOS FALTÓ, ESTABAS TÚ.
Cuando la ignominia nos arrancó de cuajo a nuestro papá Enrique, a nuestro abuelo, a tu papá querido, tu estuviste ahí: en el desconcertante trajín de los días, en la cantinita tibia y olorosa, en la carretera y en el tocador………. Acicalándole la cara al mal tiempo. Así como eras, así como siempre fuiste para ti, para esta nación que amaste siempre, así como siempre fuiste para nosotros, tu familia: incondicional y presumida, elegante y afanosa.
Cuando de la mañana a la noche, de un brutal garrotazo tus tres hermanas eran tres cuerpos quebrados de la vida, tres cuerpos yertos, tres cuerpos mudos, en tus propias narices tú, oh tú, tú fuiste la que se aseguró de que no fueran tres pasados nunca.
Tú fuiste la que gritó “asesinos” a los cuatro vientos y oídos del día, regalándole a esta República Dominicana, a este país tan tuyo secuestrado por el miedo, tu desobediencia a gritos como única posibilidad, tu indignación en carne como próximo paso.
Tú fuiste, mamá, tú fuiste aquella vez la más valiente, la más desesperada, la única “loca” en un país enfermo de exceso de cordura. O muerto de miedo.
Tú fuiste, mamá, con ese “asesinos, asesinos” “ustedes las mataron”, tú fuiste la que cortó la trenza que mantenía una nación completa atada a su propia cobardía.
Tú fuiste la que trepada en la cama de esa camioneta que llevaba a tus hermanas rotas al cementerio, fuiste la que destrenzó para siempre y de raíz la historia de servidumbre de una tierra esclava de su propio terror.
Tú fuiste, mamá, la que hermosa, joven, rozagante, en tu mejor momento de mujer, llegaste del cementerio a esconder tus pedazos para meter en la cama ya no a tres, sino a nueve hijos que criaste desde aquella abominable noche y hasta hoy como tuyos. Y tú fuiste, por supuesto mamá, la que para siempre y hasta ahora, como bien nos dijiste, “lo diste todo por tu familia y por tu país”.
Tú fuiste, mamá, la que cuando todo nos faltó como nación, como mundo, como familia, como hijas e hijos, tú fuiste la que llenó todo con su presencia comprometida y eterna, con esa historia que nunca te cansaste de contar una y otra vez, para que tus hermanas nunca fueran solamente pasado.
Tú fuiste, mamá, tú fuiste la que cuando todo faltó, todo lo diste.
Minou
Cuando la ignominia nos arrancó de cuajo a nuestro papá Enrique, a nuestro abuelo, a tu papá querido, tu estuviste ahí: en el desconcertante trajín de los días, en la cantinita tibia y olorosa, en la carretera y en el tocador………. Acicalándole la cara al mal tiempo. Así como eras, así como siempre fuiste para ti, para esta nación que amaste siempre, así como siempre fuiste para nosotros, tu familia: incondicional y presumida, elegante y afanosa.
Cuando de la mañana a la noche, de un brutal garrotazo tus tres hermanas eran tres cuerpos quebrados de la vida, tres cuerpos yertos, tres cuerpos mudos, en tus propias narices tú, oh tú, tú fuiste la que se aseguró de que no fueran tres pasados nunca.
Tú fuiste la que gritó “asesinos” a los cuatro vientos y oídos del día, regalándole a esta República Dominicana, a este país tan tuyo secuestrado por el miedo, tu desobediencia a gritos como única posibilidad, tu indignación en carne como próximo paso.
Tú fuiste, mamá, tú fuiste aquella vez la más valiente, la más desesperada, la única “loca” en un país enfermo de exceso de cordura. O muerto de miedo.
Tú fuiste, mamá, con ese “asesinos, asesinos” “ustedes las mataron”, tú fuiste la que cortó la trenza que mantenía una nación completa atada a su propia cobardía.
Tú fuiste la que trepada en la cama de esa camioneta que llevaba a tus hermanas rotas al cementerio, fuiste la que destrenzó para siempre y de raíz la historia de servidumbre de una tierra esclava de su propio terror.
Tú fuiste, mamá, la que hermosa, joven, rozagante, en tu mejor momento de mujer, llegaste del cementerio a esconder tus pedazos para meter en la cama ya no a tres, sino a nueve hijos que criaste desde aquella abominable noche y hasta hoy como tuyos. Y tú fuiste, por supuesto mamá, la que para siempre y hasta ahora, como bien nos dijiste, “lo diste todo por tu familia y por tu país”.
Tú fuiste, mamá, la que cuando todo nos faltó como nación, como mundo, como familia, como hijas e hijos, tú fuiste la que llenó todo con su presencia comprometida y eterna, con esa historia que nunca te cansaste de contar una y otra vez, para que tus hermanas nunca fueran solamente pasado.
Tú fuiste, mamá, tú fuiste la que cuando todo faltó, todo lo diste.
Minou
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