Después de 40 años, habla la secretaria de Los Beatles.
"Good Ol'Freda", el documental que cuenta la historia de la fanática que terminó siendo la principal confidente de la banda, es furor en festivales de todo el mundo y ya lo candidatean al Oscar
Infobae
Aunque parezca increíble, después de cuatro décadas aun quedaban
secretos y vivencias jamás contadas de los Fab Four, guardadas por la
groupie más cercana al grupo. Su devoción y su responsabilidad fueron
tales que jamás se le cruzó por la cabeza sacar provecho del enorme
volumen de recuerdos -objetos, instrumentos, cartas, etc.- que le
quedaron tras la separación de la banda.
Corría 1972, dejaba su
trabajo y la frase con la que abre "Good Ol'Freda" ya había marcado su
vida para siempre: "Soy Freda Kelly y trabajé para The Beatles durante
11 años".
El documental se ha comenzado a vender a través iTunes
el 6 de septiembre, pero el runrún más fuerte se empieza a oír a través
de su gira mundial de festivales y de las críticas favorables que han
inundado la prensa más exquisita.
Es que la experiencia de Freda
representa el sueño de toda adolescente fanática de un grupo de música:
trabajar junto a sus ídolos y verlos llegar a la cima del mundo desde
un primer plano único en el planeta. "¿Qué mejor trabajo podía tener que
trabajar con Los Beatles?", se preguntó cuando el manager Brian Epstein
vio su devoción, persistencia y capacidad de organización.
Poco
a poco, los mismos músicos conocieron a Freda y comenzaron a tomarla
como confidente, lo que le permitió a la joven tener todo tipo de acceso
a información íntima de John Lennon, Paul McCartney, George Harrison y Ringo Starr.
Sin
embargo, recién ahora y con el OK de McCartney y Starr -los únicos
Beatles que sobreviven-, decidió contar su parte de la historia. Y no es
una decisión cualquiera. "Su historia es, probablemente, la última
historia verdadera que puede contarse sobre The Beatles", dice Angie McCartney, madrastra de Paul.
El
resultado es un trabajo cálido, en el que las revelaciones más
espinosas, como el particular carácter de cada uno o el consumo de LSD
por parte de los músicos no genera un escándalo mayúsculo sino que
refleja cómo vivía la banda más grande del planeta hace cuatro décadas.
Una especie de PYME (Pequeña y Mediana Empresa) que trataba de lidiar lo
mejor posible con el negocio más fabuloso del mundo de la música en ese
momento.
En una de las imágenes más elocuentes se puede ver la
enorme cantidad de cartas que Freda clasificaba pacientemente -era, en
la práctica, la presidente del club de fans-, además de organizar buena
parte de la agenda y, más allá de las mujeres que cada uno tuvo en su
vida personal, actuar como la parte femenina -madre, hermana,
confidente- de la "familia Beatle", en la que los egos de cada músico
afloraban cada vez más.
"Paul nunca se enfadaba, Ringo era el
gracioso, George el más considerado y John el más irascible", cuenta
Freda, quien una vez fue despedida por Lennon. El líder consideraba que
estaba haciendo demasiadas migas con The Moody Blues. "Pero acabó
rogándome que volviera", se enorgullece Kelly.
También asegura
que pudo "hacerse millonaria", pero no quiso. Es que el material que le
quedó a su disposición era muy voluminoso, pero ella no los
comercializó, sino que se los regaló a los fans que consideraba que lo
merecían.
Ahora, la banda sonora del grupo que la empleó durante
una década acompaña sus recuerdos en un documental que muchos críticos
ya postulan para el Oscar 2014. A ella, la posibilidad de ganar un
premio de ese tipo no le ha impresionado demasiado: "Lo he hecho por sus
familias", asegura.
Su compromiso adolescente se transformó en
familiar, aunque aun hoy puede sentir la devoción que definió su vida y
la llevó a conseguir el empleo más atractivo que pudiera imaginarse: "Es
que yo era, y todavía soy, una fan de los Beatles".
Good ol' Freda
Good ol' Freda
Good ol' Freda
Good ol' Freda
Good ol' Freda
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