"Momento temible " - (interesante artículo sobre el alto costo de la educación)

COSAS DE DUENDES
Momento temible

Alicia Estévez
alicia.estevez@listindiario.com

Diez, 20 ó 30 mil pesos solo en libros de textos es un lujo que millones de padres de este país no se pueden dar y, sin embargo, se trata de un reto al que cada año muchos se enfrentan. El inicio del año escolar se ha convertido en una especia de época de gastos superiores a las Navidades pero sin doble sueldo y sin disfrutar la cena.

Resulta una odiosa novedad, propia de esta época basada en el comercio y el abuso, el que un amplio número de cabezas de familia tengan que endeudarse para poder hacer frente a los gastos de libros, uniformes y útiles escolares de sus hijos. La decena de miles de pesos que cité, representa solo una parte de la enorme suma a invertir. Yo habría cursado varias carreras en la UASD, de la que me gradué en el año 1991, con lo que ahora requiere en gastos un año escolar de primaria.

Por ejemplo, una parte de los libros de mis tres hijos para este año, porque hay varios que se venden en sus colegios y debo pagarlos por separado, asciende a más de 30 mil pesos, sin incluir los útiles escolares, los uniformes, los zapatos, las medias, que deben ser iguales, las mochilas, ni, por supuesto, las inscripciones.

Este es un país que pretende ondear la bandera de la educación como meta pero acorrala a los padres responsables que cada doce meses deben arrancarse los bolsillos, endeudarse o sentir que son unos inútiles frente a sus hijos a quienes, además, muchos colegios presionan y hacen sentir en falta por no tener los materiales requeridos.

Por eso nos sacamos la sangre para cumplir mientras quisiéramos lanzar por la ventana le enorme cantidad de textos que, al cabo de un par de años, resultan inútiles, porque los hermanitos ya no los pueden heredar y sólo te queda observar decenas de miles de pesos cogiendo polvo en una esquina.

Aunque dediquemos el cuatro por ciento a la educación y alfabeticemos a los que no saben leer, si no se pone un freno al alza de los textos escolares, y a que su existencia sea tan perecedera, estamos alejando a la clase media y media baja de las aulas. Debe existir alguna regulación que les dé un respiro a los padres. En pocos años el inicio del año escolar se ha convertido en un momento temible y la educación debe ser alegría, fiesta.