"Ante tanto amor que me rodea", José Rafael Sosa habla del día en que falló su corazón.

José Rafael Sosa

A mis amistades, cómplices, amigos del alma, familiares y vinculados por diferentes desafíos, trances y procesos profesionales y/o creativos, les informo que desde el jueves estoy de alta y descansando en casa.

Mi recuperación ha sido muy milagrosa.

El sábado pasado en la noche fui sorprendido por un infarto, atendido en principio en Clínica Independencia, próxima a mi residencia y donde recibí atenciones de emergencia y Unidad de Cuidados Intensivos, gracias a las cuales fui estabilizado.

Lo más indescriptible era el dolor inusual en el lado derecho del pecho.

No me fui a los páramos del camino infinito.

No era mi momento.

Fui trasladado a Cedimat,

Un cateterismo y un “stern” me garantizan, si me cuido, si soy consecuente con las orientaciones médicas, muchos años de calidad de vida saludable.

La tecnología​ de Cedimat es impresionante y de última generación.

Un personal capacitado y motivado se encargó de hacerme sentir cuidado en todo momento. Me hicieron todas pruebas imaginables para autorizar la de alta.

En lo adelante: Cambiar estilos de vida: cero o poquísima grasa, menos azúcar o ninguna; no al café; comida saludable, ejercicio físico, en principio controlado en Cedimat.

Tendré una semana de reposo y luego retomaré mis actividades con nuevo criterio. Estaré como nuevo y hay quienes dicen que en mejores condiciones físicas.

Creo que mi caso no fue solo de trato médico.

Algún poder superior, Creo que Dios sin dudas, intervino para que el proceso haya sido tan milagroso. Hay milagros. Este es un indicativo.