La bomba de tiempo

Federico Henríquez Gratereaux.

A PLENO PULMÓN
La bomba de tiempo

Por Federico Henríquez Gratereaux
henriquezcaolo[@]hotmail.com 

La frontera dominico-haitiana se extiende a lo largo de más de 300 kilómetros. Está mal vigilada; en algunos lugares han desaparecido los bornes o hitos que marcan la línea fronteriza. Pero los puntos por donde cruzan emigrantes indocumentados en mayor número son: Dajabón, Pedernales, Jimaní, Elías Piña. “Entendidos” con acceso a “información restringida” sobre problemas migratorios estiman que por esas vías entran cada mes 30,000 haitianos al territorio dominicano. Se ha calculado que el terremoto de enero pasado produjo 1.5 millones de damnificados. Los muertos fueron enterrados rápidamente, en fosas comunes, para evitar infecciones que afectaran los sobrevivientes. La población de Haití sobrepasa ampliamente los nueve millones.

Los muertos del terremoto alcanzaron una cifra por encima de las 200,000 personas. A esta tragedia espantosa hay que agregar ahora la epidemia del cólera. El terremoto hizo grandes daños a la economía y destruyó la precaria organización administrativa del gobierno haitiano. Motivos para emigrar de Haití hay de sobra: deforestación, desempleo, insalubridad, intervención extranjera. El desconcierto político y la inseguridad física, son elementos permanentes que agravan la situación de ese desdichado país. Las ayudas internacionales prometidas durante los días siguientes al sismo “no han llegado a destino”. Conferencias van, conferencias vienen y nada concreto logra resolverse.

Con este ritmo de “ingreso ilegal de inmigrantes”, en un año, tendremos un millón y medio más para añadir a la población haitiana ya asentada en la RD. Es probable que la pobreza haitiana arrase con el incipiente progreso dominicano. El Presidente Obama, según parece, desea “reducir la presencia” de tropas norteamericanas en todo el mundo. Haití no será una excepción. Las perspectivas no son, pues, halagüeñas.

Políticas contra los emigrantes son evidentes en Europa, en EUA e incluso en Asia. Los grandes países desarrollados no desean recibir inmigrantes sin educación, sin buena salud, sin dinero en los bolsillos. El antiguo sub-secretario de defensa de los EUA, Joseph Nye, ha escrito que los chinos temen el colapso de un “Estado fallido” en sus fronteras: Corea del Norte. Creen que la pobreza de Corea se derramaría sobre una China en pleno progreso económico. Un coloso demográfico y económico tiene miedo; nosotros no tenemos ninguno. Esperamos impasibles que estalle la bomba de tiempo. 17/12/2010.