Francisco Bello Cairo: Mejores músicos integraron Fundación Sinfónica.
Música
Francisco Bello Cairo, el hombre que dio la idea para la formación de la Orquesta Sinfónica de Santo Domingo, dejó un repertorio bastante variado, desde música clásica hasta popular.
Músico. El pianista, oboísta, trompetista y maestro de solfeo y canto Francisco Bello Cairo interpreta una melodía en el oboe que mandó a construir a París, Francia, a principios de la década de 1930.
Luis R. Taveras y Doraluz Suero- Listín Diario
(Colaboración especial)
Miami, Florida
Un joven pianista y arreglista aseguró que la juventud dominicana e internacional se beneficiaron grandemente en su época de los altos conocimientos musicales de su padre, Francisco Bello Cairo, quien dio la idea y sugerencia para la formación de la Orquesta Sinfónica de Santo Domingo, la que hoy en República Dominicana es Sinfónica Nacional.
El joven Frank Bello mencionó que en República Dominicana como en Nueva York muchos jóvenes recibieron clases musicales o de canto de su padre, que luego se convirtieron en grandes pianistas o cantantes, pues también ofreció clases de solfeo y canto.
Aseguró que como compositor, el hombre que dio la idea para la formación de la Orquesta Sinfónica de Santo Domingo dejó un repertorio bastante variado, desde música clásica hasta popular. Perteneció a diferentes bandas de música de su país y dirigió una Orquesta de Cámara, antes de la creación de la Sinfónica, que ha sido un orgullo para el país caribeño.
El bolero ‘Ven a mi’ fue grabado para la película mexicana Pasionaria, por el barítono dominicano Manuel Hernández y ‘Mi campeón’ por el internacional y conocido cantante mexicano Fernando Fernández. Y agregó que numerosos cantantes internaciones han grabado sus composiciones. Bello Cairo, al crearse la Sinfónica fue seleccionado como el primer oboísta, aunque posteriormente fue pianista, trompetista, maestro de solfeo y canto.
Su amor por su patria, la República Dominicana, se culminó en la canción/bolero ‘Soñando en Quisqueya’, escrita en 1972 y posteriormente grabado por el cantautor dominicano residente en Nueva York José Freilla.
Relata Frank Bello que en muchas ocasiones como solista, el maestro presentaba sus composiciones, muchas de ellas hasta hoy inéditas.
Oboísta Sinfónica NY
Por dos años perteneció como oboísta a la Orquesta de la New York School of Music, participando en varias presentaciones que daba en la prestigiosa sala de conciertos Town Hall.
Desde entonces se dedicó completamente al piano y acompañó a un sinnúmero de cantantes de ópera y popular en los grandes salones de conciertos de la ciudad, como el Carnegie Hall, Carnegie Recital Hall, Carl Fisher Hall, y actuó en las Universidades de Columbia, New York Forham University y Hunter College, entre otros.
En otro orden de ideas, el fenecido músico nacional dijo antes de morir en una entrevista exclusiva que vio llegar al también fenecido violinista y director de orquestas sinfónicas Carlos Piantini “con su violín debajo del brazo”, que en ese tiempo tendría unos 10 o 12 años de edad y fue muy inteligente desde niño.
Políticos no hicieron nada
El hombre que dio la idea para la creación de la OSSD y fue su primer oboe solista languideció en su silla de ruedas y su mirada vagaba perdiéndose en lontananza pensando en su lar nativo al que quiso regresar para dejar allí sus despojos mortales, pero políticos de turno hicieron caso omiso a su solicitud de una vivienda para regresar a su país y morir allí, después de más de cincuenta años de residir en el exterior.
Bello Cairo tocaba piano, fue primer oboísta de la gran agrupación musical selecta del país caribeño, quedó integrada por los mejores cuarenta músicos del país y que posteriormente llegaron a ser importantes concertistas. Pertenecieron a la orquesta en sus inicios, el maestro Cándido Castellanos (Chelo), nuestro primer sinfonista y gran compositor Juan Francisco (Pancho) García; Jacinto (Morito) Sánchez, Juan Sánchez, Luis Alberti, Benjamín Pichardo, Ernesto Leroux, Guillermo Jiménez, María Estela Salazar, doctor Joaquín Salazar, doctor Enrique de Marchena. Además, José Echavarría Lazala (El Ruiseñor Dominicano), doctor Guido Despradel Batista y Ramón Díaz, padre.
Concertistas internacionales
Entre los concertistas internacionales que se presentaron con la Sinfónica original estuvieron el pianista chileno Armando Palacios, Bugomil Sikora, notable violoncelista y Kachiro Figueroa, violinista.
Ya a los trece años Bello Cairo fue miembro de la banda de música municipal que dirigía el maestro Gabriel del Castillo en San Pedro de Macorís, donde por más de cinco años se distinguió como oboísta en el teatro Colón y ahí tuvo la oportunidad de tocar óperas, operetas, zarzuelas y otros géneros presentados por famosas compañías que llegaban al país frecuentemente, entre las que se mencionan Compañía Uggetti, la Sánchez Ramos y la Compañía de Revistas, que dirigía Lupita Rivas Gacho. De ellos recibió elogios por la originalidad en el manejo del instrumento.
En 1932, en ocasión de encontrarse en San Pedro de Macorís el maestro Enrique Mejía Arredondo, Bello Cairo le sugirió la idea de formar una orquesta con los músicos más calificados del país, con la finalidad de ofrecer conciertos periódicamente en diferentes partes del país y de esa forma mostrarle a la nación sus valores musicales. Esa sugerencia fue muy bien acogida por Arredondo, y, a su regreso a Santo Domingo, este le expuso al maestro Cándido Castellanos, al doctor Enrique de Marchena y a otros connotados músicos la idea de Bello Cairo y luego quedó formada la Sinfónica.
De esa forma se fundaba y quedaba establecida la Orquesta Sinfónica de Santo Domingo, que luego se denominó hasta el día de hoy Orquesta Sinfónica Nacional.
Poseía como recuerdo el oboe que mandó a construir a París, Francia a principios de la década de 1930, donde costó la suma de US$80.00 (ochenta dólares), Bello Cairo cursó estudios superiores de piano con el famoso genio musical, profesor donde Gabriel del Orbe, y en el año 1922 por iniciativa de su compañero de música, Horacio N. Reed se fundó la Sociedad Amantes del Arte, con el propósito de difundir el arte musical, y, se formó una Orquesta de Cámara para Conciertos, así como una escuela para la enseñanza de música, las cuales quedaron dirigidas por Bello Cairo, alternando con otros compañeros. Bello Cairo fue designado primer oboe solista.
Bello Cairo, en cuya posición tuvo la oportunidad de tocar junto a concertistas como Armando Palacios, pianista chileno, Bugomil Sikora, notable violoncelista ruso; Hilda Andino Marín, pianista puertorriqueña, los hermanos Narciso y Kachiro Figueroa, pianista y violinistas puertorriqueños.
En 1941, renunció a su posición de primer oboísta de la orquesta sinfónica, para aceptar el cargo de Director de la Banda de Música y la Academia de Música Santa Cecilia de la ciudad de Barahona, donde cosechó frutos de su maestría, habiendo dado clases a la totalidad de los músicos que formaban dicha banda, muchos de los cuales han ocupado destacadas posiciones en bandas del país y del extranjero, y, enseñó piano, encontrando entre sus mejores discípulos al concertista Hugo Toyos, René Rodríguez Milán y de un sinnúmero de músicos que continuaron a ser profesionales e integrantes de varias orquestas populares y del extranjero.
Experiencia desagradable
En el año 1946, después de haber tenido una experiencia desagradable con un miembro del régimen de Rafael Trujillo, toma la decisión de dejar su querido país para no volver hasta que las condiciones políticas no cambiaran. Decide, según el hijo del gran músico nacional, aventurar hacia la gran ciudad del mundo moderno, Nueva York, sin tener conocimiento del idioma inglés, y a la edad de 42 años se abre camino como pianista, arreglista, compositor y maestro de piano y canto.
Pronto lograr estar en alta demanda como solista y para acompañar a cantantes en presentaciones estilo show de entidades sociales y culturales como la Asociación de Escritores Puertorriqueños, el Club Cubano Interamericano y la mayoría de organizaciones culturales dominicanas. A parte de dar clases particulares, trabaja como pianista en el studio de bailes flamencos de Lola Bravo y luego de Tina Ramírez, por casi 30 años consecutivos.
Por dos años perteneció como oboísta de la New York School of Music, participando en varias presentaciones que ofrecían en la prestigiosa sala de conciertos Town Hall.
Desde entonces se dedicó completamente al piano y acompaña a un sinnúmero de cantantes de ópera y popular en los grandes salones de conciertos de la ciudad, entre ellos el famoso Carnegie Hall, Carnegie Recital Hall, Carl Fisher Hall, así como las universidades de Columbia, New York Fordham University y Hunter College.
Su catálogo y oboe se encuentran en posesión de su hijo Frank Bello, notable pianista, arreglista, productor de varias agrupaciones populares como Charanga 76, Charanga Casino, Roberto Torres y Luis Enrique, entre otros. Es pianista y director del coro hispano de la iglesia La Sagrada Familia, de North Miami Beach. Relata el joven Bello, que en muchas ocasiones su padre presentaba sus composiciones, muchas de ellas hasta hoy inéditas, pero que próximamente se publicarán varios libros de composiciones del maestro Bello Cairo, al igual que grabaciones de sus temas.
Recordando la historia
Siempre el maestro musical deseó regresar a su lar nativo, la República Dominicana, pero las diligencias que se realizaron no tuvieron éxito, pues aunque en el tiempo en que deseó regresar a su lar nativo para dejar sus despojos mortales en la nación que lo vio nacer, no tuvo éxito, aunque pidió una vivienda, los políticos de turno no le hicieron caso. “No lo pudieron incluir en ningún plan social con el objetivo de que regresara a su patria.
Bello Cairo tuvo más de 99 años de edad de vida, más de 60 residiendo en los Estados Unidos, donde representó con honor su lar nativo. Muchas veces se le vio nostálgico recordando su patria. Falleció en Miami, Florida, donde se encuentra su cadáver. Don Mario Js. Fernández lo conoció y cultivó gran amistad con él. “A su patria la recordaba con nostalgia al no vivir en ella”.
Tocaba además trompeta y otros instrumentos y ya a los 13 años era miembro de la banda de música municipal que dirigía el maestro Gabriel del Castillo en San Pedro de Macorís, donde por más de cinco años se distinguió como oboísta en el Teatro Colón, y ahí tuvo la oportunidad de tocar óperas, operetas, zarzuelas y otros géneros presentados por famosas compañías que llegaban al país frecuentemente, entre ellas la Compañía Uggetti, la Sánchez Ramos y la Compañía de Revistas que dirigía Lupita Rivas Gacho. De ellos recibió elogios por la originalidad en el manejo del instrumento.
Al momento de ofrecer esta entrevista exclusiva, poseía como recuerdo el oboe que mandó a construir a París, Francia, donde costó la suma de US$80.00 (ochenta dólares, a principios de la década de 1930.
En 1941, renunció a su posición de oboísta de la Sinfónica, para desempeñar el cargo de Director de la Banda y Academia de Música de la ciudad de Barahona, donde cosechó frutos de su enseñanza, habiendo enseñado a la casi totalidad de los músicos que formaban dicha banda, muchos de los cuales han ocupado destacadas posiciones en bandas del país y del extranjero, y enseñó piano, encontrando entre sus mejores discípulos al concertista Hugo Toyos, René Rodríguez Milán y otros.
Antes de la Sinfónica, Bello Cairo dirigió una escuela musical y una orquesta de cámara. Finalmente el liceo musical que dirigía el maestro José de Jesús Ravelo era la escuela musical más alta que existía en la época, dedicándose a la enseñanza de piano. Ahí Bello Cairo fue directamente responsable porque graduaran sobre 15 señoritas como maestras de piano, entre ellas Lolita Maya Vda. Armenteros, Felicia Campillo, el concertista maestro Rodríguez Milán y muchos más.
Añorando sus deseos de regresar a su lar nativo, Bello Cairo falleció el 18 de diciembre del 2003, a la edad de 98 años. Una gloria de la nación dominicana que ha quedado en el olvido. El director de este diario digital lo conoció personalmente y departió largamente con él.
DE LAS GRANDES COMPOSICIONES
Su catálogo y oboe se encuentran en posesión de su hijo Frank Bello, notable pianista, arreglista, productor de varias agrupaciones populares. Es pianista y director del coro hispano de la iglesia La Sagrada Familia, de North Miami Beach. Relata el joven Bello, que en muchas ocasiones su padre presentaba sus composiciones, muchas de ellas hasta hoy inéditas, pero que próximamente se publicarán varios libros de composiciones.
I remember Maestro Bello Cairo when I was a student of Lola Bravo and Tina Ramirez Spanish Dance schools. He was very kind and could play everything that was demanded of him. We were very fortunate to have him play for us. I am grateful to have known him.
When was he born and die? I would like to write about this great musician.