Puerto Rico: Se espabilan los ladrones de cobre. "Igualito que aquí"

(luis.alcaladelolmo@gfrmedia.com)

Este diario observó que le han robado la parrilla a una alcantarilla que queda hacia una salida de la avenida Martínez Nadal, en Guaynabo. Arriba, equipo de la AAA encontrado durante un operativo en un centro de acopio de metales en Dorado. 


Primera Hora
Leysa Caro González y Alex Figueroa Cancel /
lcaro@primerahora.com y alex.figueroa@gfrmedia.com

Robaban las líneas eléctricas, pero empezaron a electrocutarse, por lo que se movieron a las esculturas. Luego, vinieron las tarjas y los floreros en bronce. Ahora, la moda son las tapas del sistema de alcantarillado.

Los alcaldes se están volviendo locos con el robo de manhole covers o tapas de registro de la Autoridad de Acueductos y Alcantarillados (AAA), práctica ilegal que ha proliferado en los pasados meses ante los continuos accidentes que se suscitaron con el robo de cablería eléctrica en cobre.

Mientras, la AAA busca como “aguja en un pajar” opciones para atajar la situación que, junto con otras modalidades de hurto, le ha conllevado a la corporación pérdidas de $1.5 millones en lo que va del año.

Además de los manhole covers, los pillos están cargando con parrillas de hierro, planchas de metal que cubren los contadores industriales y las cubiertas que protegen los medidores individuales de la AAA. Estas últimas hasta como souvenir se las venden a los turistas debido a que llevan impreso Puerto Rico.

Ni el peso de las tapas, estimado en 80 libras, ha sido impedimento para que los ladrones hagan de las suyas. “Tenemos 129 querellas que son bastantes, porque en cada una de ellas no se llevan una tapa, sino que limpian una calle completa que son entre 12 y 13 tapas”, alertó Mayra Encarnación, directora de Seguridad Corporativa y Emergencia de la AAA.

“Ahora se están moviendo a las tarjas de los cementerios, a las tapas de manholes, los aires acondicionados, residenciales y de escuelas, algunas que no pueden comenzar su año escolar porque dejan sus aires sin funcionar y se llevan parte de la tubería del gas en los comedores”, expuso, por su parte, la directora de la Junta Reglamentadora de Telecomunicaciones, Sandra Torres.

Cada tapa, hecha de fusiones de metales ferrosos, como lo son el hierro y el acero, le cuesta a la AAA $125, sin contar su instalación. En los centros de acopio le pagan al pillo ocho centavos por libra.

Las tapas de los contadores, también en material ferroso, le cuestan a la dependencia unos $12. Mientras, los malhechores las venden entre $15 y $20. “En las zonas turísticas se las llevan y las venden como souvenir, las lijan, pintan y se las venden a los turistas”, comentó Encarnación.

Otro de los problemas que enfrenta la AAA es el robo de cablería en cobre en las estaciones de bomba del Superacueducto en Manatí, Barceloneta y Dorado, las cuales han sido equipadas con cámaras de vigilancia para evitar los hurtos.En crisis los alcaldes

En el municipio de Río Grande –en un fin de semana– se robaron 21 tapas de un cantazo, confirmó el alcalde Eduard Rivera, a cuyo ayuntamiento le han llovido las demandas debido a los accidentes sufridos por varios ciudadanos a su persona o a la propiedad.

Hasta con las letras que identifican el cementerio municipal, hechas en bronce, han cargado los maleantes, dijo.

Su homólogo de Toa Baja, Aníbal Vega Borges, está –como dice el refrán– “que prende de medio maniguetazo” ante la inversión de sobre $250,000 que ha tenido que hacer para reponer tapas de alcantarillas y parrillas. Informó que reparar cada parrilla le cuesta más de $300, por lo que ha optado por soldarlas. “Hace como un año que nos tienen locos. Ahora las víctimas son los municipios. Ni las parrillas ni los manholes se salvan”, indicó evidentemente molesto.

“Antes, la partida para estos trabajos era de $25,000 o $30,000, luego subió a $170,000 y ahora estamos en casi $250,000”, apuntó.

A esto se suma que sigue el hurto de cablería en cobre, aunque en menos escala, lo que los ha llevado a utilizar una hecha en aluminio que, aunque no es tan efectiva, resulta menos atractiva para los amigos de lo ajeno. “Hemos tenido que tomar medidas extremas”, insistió.

Entre las otras modalidades, está el robo de tarjas y floreros en bronce. Uno de los cementerios más perjudicados es Las Mercedes, en Ponce, aunque ninguno está a salvo, expresó el procurador del Veterano, el licenciado Agustín Montañez, cuya oficina ha recibido innumerables reclamos.

“Lo que les estamos recomendando a los familiares de los veteranos es que cojan las tarjas en mármol o granito y no en bronce a pesar de que estas eran las preferidas”, apuntó.

Las querellas provienen de familiares de veteranos que han sido sepultados en instalaciones municipales y privadas, y no en el Cementerio Nacional, donde las tarjas son en piedra.