Campaña inútil contra Juan Luis Guerra.

DE VARIADOS TEMAS
Freddy Ortiz - Listín Diario

¿Sabía usted que “el divino”, Miguel Ángel Buonarroti, definido en Roma como “la lengua temible, desaforada, injusta, perdida, errática y envidiosa”, llamó “incompetente”, nada menos que a Leonardo da Vinci?

No le extrañe entonces que, a pesar de nuestro país estar mejor representado a nivel mundial por Juan Luis Guerra, que por ningún otro artista, profesional o político, hoy esté siendo víctima de aberrantes insultos públicos que, gracias a su solidez de imagen, se devuelven como balas en cristal blindado.

Juan Luis no viaja en avión privado, incluso le he visto junto a sus músicos en un vuelo comercial, ocupando asientos de clase turística; tampoco lleva relojes de trescientos mil dólares, ni protagoniza escándalos amorosos, ni polemiza, ni busca “pantalleos”, mas que los ganados.

Juan Luis Guerra es un filántropo que da parte de sus ganancias, y es capaz hasta de pedir para que muchos niños dominicanos y haitianos reciban educación y pan. Por tanto, ¡qué difícil es poder hablar mal de Juan Luis Guerra! ¿Dónde, una voz insultante contra Juan Luis, podría encontrar eco? ¿Quién puede derribar esa sólida muralla de cincuenta mil personas que presenció su concierto del Estadio Olímpico, soportando tres horas de aguaceros? ¿Quién puede opacar su prestigio internacional y el respeto que le profesan todos los artistas hispanoamericanos?

La furia verbal crea lenguas monstruosas, incluso en los seres más inteligentes. Pero es oportuno recordarles el efecto boomerang, es decir, que hay posiciones tan absurdas, tan insustanciales, tan necias, que, al ir en contra de la fuerte corriente positiva que sostiene una imagen, culminan haciendo daño a quien las genera.

Como ser humano, Juan Luis debe tener defectos, los cuales guarda muy bien. Pero en él, como en todos, se colocan las virtudes a un lado de la balanza y los defectos en la otra, para encontrar que pesa demasiado lo positivo de su vida.

En consecuencia, ¡qué difícil derribar esa torre tan alta!