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8/5/11 Post By: Ramón Pastrano, WebMaster

Hugh Laurie (Dr. House): "Estoy preparado para que me critiquen"

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EN BANDA AL CENTRO, LAURIE EN LA GUITARRA (TAMBIÉN, TOCA EL PIANO), RODEADO POR SUS MÚSICOS, EN LA CIUDAD CUNA DEL BLUES.  
Entrevista exclusiva Hugh Laurie, el actor de “Dr. House” Clarín estuvo en Nueva Orleans, donde Laurie presentó su primer disco, “Let Them Talk”, que aquí sale el martes. ¿Cómo fue que ese “médico cínico” se convirtió en un blusero tradicional?
Por Eduardo Slusarczuk - clarin.com
La madera de los pisos del Soniat House, uno de los hoteles más distinguidos del French Quartet de Nueva Orleans, cruje a cada paso sus casi 200 años de vida. El que camina, sin bastón y con una sonrisa que desmiente el mal humor perenne del personaje que lo hizo famoso, es Hugh Laurie. Mucho, muchísimo más conocido como Gregory House. O Dr. House, y punto.
Es él mismo quien invita a entrar en la inmensa habitación que da a la Chartres Street, una de las pocas de la zona que no luce su nombre en español en cada una de las sus esquinas, y que corre a mitad de camino entre el Mississippi y la Bourbon Street. O, mejor, Calle de los Borbones.
“¿Habías estado alguna vez acá? Es increíble. Un lugar maravilloso. Sólo que aunque se llama French Quarter, hay más herencia española que francesa. Los balcones, los frentes, son españoles”, observa.
Sin Vicodín a la vista, de remera y jean, y con algunos signos del cansancio acumulados durante el concierto de la noche previa y la conferencia de la mañana, cuesta creer que ese hombre es el mismo que durante la última temporada de House M.D. cobró algo así como 350 mil dólares por episodio.

En plan de músico novato, Laurie prefiere asumir una suerte de bajo perfil, que contrasta con la movida empresarial que genera el lanzamiento de Let Them Talk , su álbum debut, dedicado al blues, género que parió, algo más de un siglo atrás, esta parte del mundo.

“Anoche, en el concierto, sobre el escenario estaban Tom Jones e Irma Thomas. Juntos, suman más de 100 años de conciertos. Ese número se duplica si tomamos en cuenta la trayectoria de mis músicos. Y en el medio, estaba yo, que por primera vez presentaba un disco. Ni siquiera sabía lo que tenía que sentir”, confiesa el actor.

Sin embargo, la conexión con la música, en general, y con el blues en particular, viene de lejos. De cuando las clases de piano de Mrs. Hare transcurrían entre danzas polacas y canciones de cuna francesas, “o algunas otras pesadillas”.

¿Y cuándo escuchaste blues por primera vez? Lo tengo algo confuso. Si no me equivoco, habíamos robado el auto en casa, y manejaba mi hermano, que tenía 13. Yo tenía 11 o 12, y sonó Willy Dixon haciendo I Can´t Quit You Baby . Puede haber sido de otro modo, pero esa es mi historia oficial. Pero lo que sí recuerdo como si fuera hoy, es la sensación que tuve en el cuerpo. Fue como un shock eléctrico. Fue una respuesta visceral. ‘Dios, ¿qué es esta música?’, pensé en ese momento.

Desde entonces, el foco de Laurie estuvo puesto en esa música que llegaba a su Inglaterra natal en cuenta gotas. “En esa época, las tapas de los discos traían notas acerca del artista. Así que en mi primer disco, de Muddy Waters, leí sobre Otis Spann. En el de Spann, me enteré de Memphis Slim. Y así fui avanzando, en un proceso que sigue hasta hoy en día”, explica.

¿Siempre en torno al blues? Sí. Nunca se me ocurrió escuchar punk o pop. Jamás compre un disco de David Bowie. Ni siquiera recuerdo haber comprado alguno de The Beatles. La excepción son The Rolling Stones, con quienes compartía el interés por las raíces del blues. Algo parecido a lo que me pasaba con grupos como The Yardbirds, o músicos como Eric Clapton o Jeff Beck, quienes, al hablar de sus referentes, de gente como Howlin’ Wolf o Elmore James, aumentaron mi curiosidad por ir hacia los pioneros. Además, yo nunca quise ser unguitar hero . No sé por qué. Pero el piano siempre me atrajo mucho más.

Laurie admite que antes de decidirse a grabar Let Them Talk , varias veces le habían ofrecido hacer un disco. Y reconoce no tener muy claro por qué nunca se atrevió a hacerlo. “Hasta que pensé: ‘bien, tengo 50, quizá sea el momento de hacerlo’. Y me puse a trabajar.” El hombre nacido en Oxford, con domicilio actual en Los Angeles cuenta que parte de ese trabajo consistió, en gran medida, en abandonar por un rato a Bach y algunos otros autores, y orientar hacia el blues las horas que pasa al piano. “No por practicar, sino por el placer de tocar”, aclara.

El repertorio del blues es casi infinito. ¿Cómo elegiste las canciones? En parte, en base a la historia que cuenta cada una de ellas. A su significado particular, al lugar que ocupa cada una en mi corazón. Y también con la idea de que cada una tuviera algo que ver con el resto, para darle coherencia al disco.

Llama la atención la ausencia, salvo alguna excepción, de temas clásicos. ¿Fue una decisión tuya? Sí. Yo sé que St. James Infirmary fue grabada por cinco millones de personas. Pero hay otras que son desconocidas, lo que me parece un crimen. Leroy Carr escribió una centena de temas, y la gente sólo escuchó tres. Hay bastante material de ese tipo en el CD.

Es como si hubieras aplicado tus estudios de antropología al blues.
Bien. Cuando decidí estudiar Antropología, no tenía nada que ver con la música. Sin embargo, desde entonces, he pensado en viajar a Africa occidental, Senegal, o Gambia, para escuchar y estudiar sus músicas. También me interesa cómo alguna música folclórica y religiosa inglesa, himnos del Siglo XVIII hicieron su camino, y dos siglos más tarde dieron origen a una música nacida en el Mississipi, que se transformó en el Blues.

¿Por eso elegiste New Orleans para presentar el disco? Algo de eso hay. Yo creo que podríamos haber presentado el disco en Los Angeles, donde grabamos la mayor parte. Pero sentí que tenía que venir a New Orleans, como un acto de devoción, y hacer mi ofrenda, como se suele hacer con los dioses. Eso es lo que significa para mí haber venido aquí.

En alguna entrevista, decías que, para actuar, preparás tus personajes como una partitura. ¿Qué pasa en este caso? ¿Cómo se mete el actor en la piel del músico? Yo creo que mi instinto es encontrar una especie de personaje que cante la canción, con su voz particular. En algún punto, cuando cantás, también estás actuando todo el tiempo. Actuando las canciones. Es interesante. Al mismo tiempo, como actor, yo trato de hacer reir, de entretener. En cambio, en este caso, trato de hacer que la canción sea lo importante. No intento hacerla más o menos divertida. Sólo trato de hacer la canción. En definitiva el que actúa es Dr. House, y el que toca es Hugh.

Tu carrera como actor, sobre todo desde que te convertiste en el Dr. House, te dio un lugar que se presume confortable. ¿Cuánto arriesgás al salirte de ese registro y exponerte en un nuevo terreno? Yo creo que es un desafío. Y estoy preparado para que la gente me critique duramente. Que pregunte para qué hice esto, si soy un actor. Espero que eso pase. Yo haría lo mismo. Pero si la gente presta atención, y en lo que escucha detecta aunque sea algo que les haga pensar que hay honestidad y autenticidad en lo que hice. Aun si son unos pocos los que lo hacen, yo voy a estar feliz.

En una de esas, quizá consigas que las fans enamoradas de Dr. House ahora se hagan fans del blues.
¿Vos creés? Si eso sucede, sería grandioso.

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