Esta original propuesta del famoso
cubo de Rubik, ideada por
Konstantin Datz, acerca el mítico puzzle a las
personas con discapacidad visual. Cada pieza del cubo contiene una pegatina de color blanco en vez de pegatinas de colores, aunque tiene escrita el color que le corresponde en
sistema Braille. De esa manera, se ajusta el conocido puzzle a las necesidades de las personas invidentes. Pero la idea va mas allá. Esta propuesta surge a raíz de la necesidad de aproximación a la realidad las personas ciegas. Con este sistema, los discapacitados visuales pueden
“sentir” los colores al palparlos, una forma de ver el mundo sin necesitar los ojos.
El motivo por el que los cuadrados siguen siendo blancos y no mantienen el color es muy sencillo también. Se trata de
comparar la dificultad que tiene un invidente a la hora de percibir colores con la dificultad que experimenta un vidente con el sistema de puntos braille.
Un puzzle que puede abrir muchas conciencias.
Fuente: Curiosea
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