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31/10/13 Post By: Ramón Pastrano, WebMaster

Luchy Vicioso: “La mayor riqueza que puedo exhibir es la honestidad”.

(foto: Ariel Mercedes)
En esta conversación, la intérprete habló de otros tópicos de su vida, como su niñez, su llegada a la música, su familia y su fe cristiana

Por Yulissa Matos - El Caribe
Lucía Fiordaliza Vicioso Alsina (Luchy) afirma que el norte del artista debe ser siempre la sencillez y la humildad.

“Una sinfonía quisiera yo escuchar, alguna melodía que haga recordar, pero es imposible, no hay una canción que sea como el sonido de tu voz”. Con este estribillo de la canción “El sonido de tu voz”, de la autoría del maestro Rafael Solano, Lucía Fiordaliza Vicioso Alsina nos deleitó durante la entrevista que nos concedió para este diario.

Al inicio de nuestra conversación con Luchy, ella nos habló de lo que ha significado ser artista, y manifestó que para un artista el momento más extraordinario es cuando la gente aprecia su talento. “Siempre he dicho que el artista no es aquel que se para a cantar, cualquiera canta, lo importante es saber transmitir, al que me está escuchando, lo que estoy haciendo. Cuando veo que la gente se para a ovacionarme, ese es mi mayor deleite, claro está, siempre dentro del marco de la sencillez. Es por ello que cuando me bajo de un escenario soy una persona igual a las demás”.

También nos habló de otros aspectos de su vida que la han llenado de grandes satisfacciones, como el hecho de haber sido madre en tres ocasiones y que sus hijos, hoy en día, sean personas de bien. Con marcada emoción sus verdes ojos se iluminaron al aflorar los recuerdos de su niñez, compartir en familia, cuando le llegó el amor y otros recuerdos que forman parte de su vida y que la han marcado de manera positiva y negativa.

1. Su nacimiento
Nací en la calle Polvorín, en la Zona Colonial, era una vía famosa en aquel entonces, ahí vivió Juan Bosch, sus hermanas y Milagros Ortiz, y muchas familias reconocidas como los Sánchez Baret, García Alecont. Mi niñez transcurrió normal. Como cualquier otra niña era muy inquieta, me gustaba jugar con muñecas y me fascinaba el juego de “yack”. Yo crecí en una familia de tres hermanos, soy la más pequeña y llegué después de 12 y 11 años de haber nacido mis hermanos, obviamente fui muy querida por mis hermanos y mis padres.

2. Legado de sus padres
Mi padre, Ernesto Vicioso Almodóvar, fue un hombre sumamente amoroso de su familia, era contable de una empresa que distribuía en el país perfumes franceses. Mi madre, Lucía Alcina, una madre abnegada, dedicada a sus hijos y a su esposo. Fueron dos padres maravillosos. Mi papá nos inculcó muchos valores, sobre todo la honestidad. Ese fue el norte que primó en nuestra casa.

3. El recuerdo más lindo
Mi tía vivía en la calle Doctor Delgado, donde tenía un salón de belleza, iba donde ella de visita, y como niña al fin, siempre me pasaba el día en el salón. Un día me oyó cantar Ludgarda Casanovas, quien quedó sorprendida con mi voz y me llevó donde el maestro Rafael Solano. Cuando Solano me pone a cantar, hice canciones de Sarita Montiel, que era mi artista preferida. Al oírme cantar Manuel Troncoso, se puso a llorar. Yo tenía diez años. Con la madurez entendí qué fue lo que le pasó a Manuel. Luego de esto fui a Rahintel donde comenzó mi carrera artística.

4. El primer amor
Fue algo muy bonito, yo tenía 11 años, agarraditos de manos a escondidas, no fue una cosa del otro mundo, papá y mamá lo sabían pero se hacían los que no sabían. Mi amiga y hermana de crianza, Mayra Larrauri, tenía amores con el otro vecinito. Nos juntábamos en la casa de Mayra, poníamos música en el tocadiscos y nos poníamos a bailar. Realmente el primer amor así, de niños, es chulísimo.

5. Presentaciones en el extranjero
En mi época tuve muchas presentaciones. Hacía un show quincenal en televisión para Luis Vigoreaux en Puerto Rico, hice un show con doña Anita Silva, que era muy conocida en esa época, hice actuaciones de teatro en Nueva York junto a Niní, Osvaldo Cepeda y Rafael Colón en el New Delancer y en el hotel San Juan. Además de las presentaciones en el festival OTI de la canción que se realizó en Puerto Rico. Allí participé con la canción “Y siempre el amor”, donde obtuve el cuarto lugar. También participé en el Festival de la Voz y la Canción con el tema “Dime qué más debo dar por ti” de la autoría de Jorge Taveras, Yaqui Núñez y Manuel Troncoso donde gané el primer lugar.

6. Matrimonios
Apareció mi primer esposo, Freddy Beras-Goico, y nos casamos. Yo con 17 años, él me llevaba 10 años. Tuvimos un matrimonio normal con sus altas y bajas y amigos en común. Él con un temperamento muy fuerte y yo también en ciertos aspectos. De ese matrimonio, que duró 12 años, conservo dos hijos: Fredín y Ernestico. Me divorcio y al cabo de unos años me encuentro con Jaime Daniel Sánchez Alvarado, el padre de mi hija Claudia Lucía Sánchez, con él duré cinco años de matrimonio. Cuando mi hija tenía siete años conocí a mi esposo Rafael Martínez, con quien tengo 23 años de casada. En Rafael encontré la persona que me ha entendido y me ha hecho sentir plena. Lo que yo te pueda decir de él es poco. Él es todo lo opuesto a mis matrimonios anteriores. Es la persona que ha sabido lo que es estar casado con una artista, que conoce las altas y las bajas que tenemos nosotros los artistas, que somos personas muy sentimentales y a veces un poco bipolares. Yo realmente bendigo a Dios por mi matrimonio, aunque no voy a decir que los anteriores fueron lo peor tampoco. Puedo decir que no había madurez, sobre todo en el primero, yo no estaba preparada.

7. La maternidad
Eso para mí fue lo más grande. Mi papá vivía cuando yo estaba embarazada de Fredín. Aquello fue maravilloso porque, como te decía, mi padre era sumamente amoroso. Cuando fui a dar a luz quien me llevó al médico fue mi papá y quienes estuvieron conmigo fueron papá y mamá. Cuando nació ese muchachito para mí fue grandioso, me dediqué por completo a mi hijo; luego nació Ernestico, otra bendición para mí. Yo daba a luz y me dedicaba completamente a mis hijos, olvidaba por completo mi vida de artista, por lo menos por dos años, hasta que mis hijos supieran hablar. Luego, al cabo de unos 12 u 11 años, llegó la hembrita de la casa, igual que como me pasó a mí con mis hermanos.

8. Triste recuerdo
Perdí a mi padre cuando tenía 22 años, embarazada de ocho meses de mi hijo Ernestico, en honor a él le puse su nombre a mi hijo. Llevé a mi padre a la clínica y mis hermanos no quisieron, por mi estado, que volviera a la clínica. Empeoró y se murió en una semana, de una úlcera sangrante. Además, le dieron cinco infartos. Cuando me dieron la noticia de su muerte eso fue algo indescriptible. Luego, cuando tenía 30 años, perdí a mi madre, ella era mi soporte. Mi hermana y yo nos entregamos por completo a ella.

9. Un don divino
Mi voz es un don divino que me dio Dios y así como vino llegará un día que se puede ir. Él es el dueño absoluto de mi voz, cuando él quiera disponer de ella no me pasará nada, porque me he preparado mentalmente para ello y no me he apegado a esta. Hay muchos artistas que cumplen su tiempo y no se preparan, cuando esto sucede es una hecatombe.

10. Su fe cristiana
Mi fe cambió mi vida completamente. Entré al cristianismo hace 15 años por una sobrina-nieta. Nada se mueve en mí que no sea dirigido por el Señor, todo lo que hago se lo entrego a Él, mi vida la rige el Señor. Yo soy una cristiana-evangélica no soy retorcida ni fanática, todo el que crea en el Señor y tenga una comunión con Él es creyente.

Debe ser el norte en esta carrera
“En este ambiente nos encontramos con diferentes personas. Es un ambiente donde yo tuve que lidiar con muchos atrevidos. Personas que se atrevieron a ofrecerme carros, apartamentos, villas y castillas. Y como te digo, en mi casa me enseñaron a decir no, gracias a esto pude lidiar perfectamente con todas las tentaciones que se cruzaron en mi camino.

Esta es una carrera misteriosa en la que hay sus altas y sus bajas, donde hay badenes que hay que saber cruzarlos sin caerte y tentaciones, para las que hay que tener la coraza suficiente para decir:´no, lo siento. Lo mío es la música´. Es una carrera muy linda en la que hay que tener los pies sobre la tierra, pero sobre todo, se debe tener mucha humildad. Al igual que las demás carreras, también tiene sus bemoles. Hay artistas que no tienen los pies puestos sobre la tierra y no se dan cuenta que el arte es efímero y que lo que realmente vale es la familia, tus hijos, esposo y tu entorno hogareño.

No te niego que uno disfruta mucho los momentos buenos, los aplausos, que la gente te admire y te aplauda. Lo cierto es que esta carrera lleva mucha responsabilidad, seriedad, disciplina, sencillez y humildad. En esta última está la grandeza del hombre”.

Impasse
“Una vez fui contraparte de Julio Iglesias y el público no me dejaba bajar del escenario. Resulta y viene al caso, que el hombre se incomodó de mala manera”.

Una gran familia
“Mi esposo Rafael tiene tres hijas que son mis hijas también y a quienes adoro. Siempre digo que tengo seis muchachos y nueve nietos”.

Recuerdo
“Cuando mi madre me tuvo tenía 42 años y mi padre 65, y cuando en la calle le preguntaban que si yo era su nieta, eso me molestaba sobremanera”.

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