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14/10/12 Post By: Ramón Pastrano, WebMaster

Tras años de desenfreno, algunos rockeros optan por una nueva visión de vida.



Tras años de desenfreno, algunos rockeros optaron por cambiar de rumbo

El Nuevo Día
Por María Ivette Vega Calles /maria.vega@gfrmedia.com


Tienen fama, fortuna y viven de lo que más aman: la música.

Pero con el éxito, muchos rockeros asumieron un estilo de vida que en ocasiones los llevó a estar cerca del fracaso o peor aún, de la muerte.

Janis Joplin, Kurt Cobain, Jim Morrison, Jimi Hendrix, John Bonham de Led Zeppelin; y Keith Moon de The Who, no pudieron librarse de ese torbellino autodestructivo que terminó con sus vidas.

Sin embargo, otros colegas están vivos para contarlo, pues llegaron a un punto en el que tuvieron que hacer cambios radicales.

A continuación les presentamos algunas de esas historias.

Ozzy Osbourne
El cantante es una de las figuras más reconocidas e influyentes del heavy metal. Con 44 años de carrera, Osbourne ha vendido más de 100 millones de discos tanto como solista como con el grupo Black Sabbath.

El llamado “Príncipe de la oscuridad” fue expulsado de la agrupación en 1979, por su abuso de drogas. Pero eso no motivó al artista a dejar sus vicios, sino que provocó que se encerrara por tres meses a consumir drogas y alcohol día y noche.

Hoy día el cantante reconoce que está vivo gracias a su esposa, Sharon Osbourne, quien empezó a encaminarlo cuando se convirtió en su manejadora en 1980.

Durante años Sharon luchó con los vicios de Ozzy. En una ocasión le escondió la ropa para que no saliera del hotel y se metiera en problemas. Sin embargo, al cantante no le importó ponerse un vestido de ella y salió. Debido al nivel de embriaguez que tenía el artista, orinó un monumento dedicado a las personas que murieron en El Alamo, Texas. Por ese acto fue arrestado y se le prohibió la entrada a San Antonio, Texas durante una década.

Ozzy realizó otros actos desenfrenados, como arrancar con una mordida la cabeza de una paloma en una reunión con unos ejecutivos de una disquera, algo que repitió en un concierto con un murciélago. Sin embargo, desde hace unos años el artista asegura que está sobrio.

“Disfruto mi vida en general. Ya no fumo, no consumo drogas, ni alcohol, simplemente soy yo mismo. Me entretengo pintando, haciendo mis dibujos”, dijo a El Nuevo Día, el año pasado a raíz de un concierto que presentó en el Coliseo de Puerto Rico José Miguel Agrelot.

Pero esa mala vida no pasa en vano, asegura el productor César Sainz, quien presentó dicho concierto.

“Definitivamente hay dos Ozzy Osbourne, no en cuanto a música. La mala vida se nota en su condición física, es un hombre relativamente joven pero se ve mayor para la edad que tiene (63 años). Al verlo tras bastidores jamás pensé que pudiera ser el artista que estuvo brincando en el escenario. Su staff lo protege mucho”, contó Sainz.

Nikki Sixx
El tema de Mötley Crüe “Kickstart My Heart” y la frase de “Dancing on Glass”, “en San Valentín en Londres me encontraron en la basura”, son vivencias que realmente experimentó Nikki Sixx, bajista de la agrupación.

Tras pertenecer a varias agrupaciones en 1981, Sixx fundó Mötley Crüe junto al baterista Tommy Lee.

A partir de entonces y con la salida de cinco discos, la fama y el éxito fue creciendo para el grupo.

Al igual que Sixx, sus compañeros, completados por Vince Neil y Mick Mars, cayeron en el estilo de vida de “sex, drugs & rock roll”, que profesó por años el rock.

Sin embargo, de todos ellos solo Sixx cayó en el vicio de la heroína.

“Alcohol, ácido, cocaína... fueron solo affairs. Cuando conocí la heroína fue amor verdadero”, escribió el artista en su libro autobiográfico “The Heroin Diaries: A Year in the Life of a Shattered Rock Star”, que publicó en 2007.

En dicha publicación, el bajista, de 53 años, relató que tuvo unas seis sobredosis durante los tiempos de más adicción. En dos de ellas tuvo que ser revivido por paramédicos, con una inyección de adrenalina directa al corazón. Esa fue la inspiración para uno de los temas más conocidos de la banda, “Kickstart My Heart”.

En otra ocasión, Sixx llegó a ser declarado muerto por dos minutos, sin embargo tuvo la suerte de que uno de los paramédicos lo reconoció y al ser fanático de la banda siguió luchando por revivirlo. El artista fue llevado al hospital y cuando recobró el conocimiento se arrancó los tubos que tenía en la nariz y salió corriendo descalzo y solo vistiendo un pantalón de cuero. Cuando fue visto en el estacionamiento por unas jóvenes que eran sus fanáticas, estas lo llevaron a su casa. Allí volvió a endrogarse.

El grupo entero fue a rehabilitación y en el 2004 Sixx aseguró estar sobrio.

Aunque aún sigue con Mötley Crüe, en el 2007 el músico fundó la banda Sixx:A.M., con la que creó el tema, “Life Is Beautiful”, que muestra su nueva visión ante la vida.


Rob Halford
La banda británica Judas Priest es una de los principales referentes del heavy metal. Incluso, críticos aseguran que los primeros tres discos del grupo definieron el estilo del género a mediados de los 70.

Su cantante, Rob Halford, es considerado uno de los mejores intérpretes del género por su tono de voz y estilo operático.

Al artista también se le atribuye crear el estilo “hard core” del heavy metal en la vestimenta, pues comenzó a usar ropa y boinas de cuero, accesorios de metal y motocicletas. Halford, de 61 años, cayó en el alcohol y las drogas, pero aunque en ese tiempo no trascendió, con los años el artista habló sobre su adicción.

El cantante se libró de muchos de sus problemas cuando en 1998 confesó en un programa de MTV que era homosexual. Su admisión tomó por sorpresa a los fanáticos, pues el “Dios del heavy metal” siempre mostró una imagen ruda con su vestimenta y cantando éxitos del grupo como “Breaking the Law”.

“Eso fue maravilloso para mí. Estoy seguro de que no soy el único gay del heavy metal y que también los hay en otros géneros como el rap y el r&b, solo que alguna gente decide hablarlo y otros no. Para mí fue un viaje personal que me llenó mucho, pero esa es una pequeña parte de quien soy. Para mí, la sexualidad es una fracción de lo que es el ser humano. Pero eso me ayudó a saber que las audiencias del heavy metal son muy tolerantes y abiertos de mente y que aceptan a todo tipo de personas”, manifestó el cantante en una entrevista con El Nuevo Día en el 2005, última vez que el grupo se presentó en la Isla.

Halford, quien fue criado bajo la fe cristiana, le atribuyó su problema con el alcohol y las drogas a no poder manifestar quién era realmente. Sin embargo, asegura que está sobrio desde que fue a rehabilitación en 1986.

El artista continúa como solista, luego de que el año pasado Judas Priest realizó su última gira.

James Hetfield
Sin duda, Metallica es uno de los grupos más populares del heavy metal. Nueve premios Grammy, 100 millones de discos vendidos en todo el mundo y haber sido exaltado al Salón de la Fama del Rock & Roll, en el 2009, son algunos de sus logros.

Pero su cantante, James Hetfield, de 49 años, tuvo que batallar con patrones de agresividad y adicciones que lo llevaron al alcoholismo, entre otras.

En julio de 2001, cuando el grupo se disponía a entrar al estudio para grabar el disco “St. Anger”, el cantante decidió entrar a rehabilitación, poniendo en duda el futuro de la banda.

Hetfield estuvo ingresado en el centro hasta diciembre de ese año y la banda regresó al estudio de grabación en abril de 2002. Sin embargo, el cantante solo podía trabajar cuatro horas diarias y el resto del tiempo lo pasaba con su esposa Francesca y los tres hijos de ambos Cali (14 años), Castor (12 años) y Marcella (10 años).

Todo ese proceso quedó documentado en “Some Kind of Monster”, producción de los cineastas Joe Berlinger y Bruce Sinofsky, que estrenó en el Sundance Film Festival, en enero de 2004.

En el filme, Hetfield calificó su rehabilitación como un renacer.

“Trabajo bien duro para ser el mejor padre y esposo que puedo ser. Y mi mejor versión. No quiero perder mi familia, sé que todo puede irse y esa es la parte dura de la vida. Este es un renacimiento total para mí, veo la vida de una forma completamente nueva. Toda la bebedera y basura en la que estaba estancado era tan predecible, tan aburrida. Buscaba emoción, pero siempre los resultados eran los mismos. Me levantaba cada día en una cama distinta, al lado de una persona que ni sabía quién era y tenía tremenda resaca y debía hacer un show. Ahora es emocionante, no sé lo que va a pasar. Cuando estás claro ves, oyes y vives el momento”, dijo en el documental.

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