Aventura en el cine.

Por Freddy Ginebra
COMPRO MI ENTRADA, veré Misión Imposible, donde Tom Cruise hará maravillas y, por dos horas, voy a olvidar todos los avatares de mi cotidianidad. Estaré sumergido en un mundo fantástico hollywoodense, lo veré hacer cosas increíbles, saltará, besará, sufrirá, estará al punto de morir y, al final, triunfará como siempre venciendo a los malos.

Ojalá nuestra realidad se pareciera un poco, pero no me ilusiono.

–Unas cocalecas bien grandes, un refresco; no, gracias, no quiero hot dogs.

Miro de reojo un Twix y lo agrego al festín, total en la oscuridad nadie se dará cuenta de mi glotonería. Me relajo, se apagan las luces, me siento lo más atrás que puedo –ya que con los años me da dolor de cabeza el estar muy cerca de la pantalla–. De repente, me remoto a las tandas de matinée de mi infancia, pagaba 25 centavos y con 50 me sobraba para comprar lo que quisiera. Lo más parecido a Misión Imposible sería Flash Gordon, en los años cincuenta, un héroe del espacio de traje apretado que salvaba siempre al mundo de invasores celestiales.
Han pasado muchos años, el mundo cambió, la vida cambió, mi cuerpo cambió y la ciudad es otra. Antes, ir al cine era reencontrarse con todos los conocidos; ahora, si encuentras un conocido es pura casualidad.

Me siento en un cómodo sillón casi reclinable. El cine está repleto.
Comienza la peli y escucho el primer comentario de alguien ronco que está detrás de mí.
–¡Mier……eta vaina parece que va ser ‘cul’!
Toso para que el comentarista mantenga sus ocurrencias en un tono más bajo.
Suena un celular y la doña, sin bajar la voz, comenta:
–Te dije que no la llevaras, c….
–E que tú no hace caso, ella priva en grande y tú sabe que e trasendía.
–¿Pero tú no entiende que toi en el cine y no voy a salí?
En este momento Tom se salva de milagro de un asalto. Contengo la respiración.
–No me llame má, y no me j…. a tu mamá le dije que venía pal cine y que no la podía bucá. Cierra y de inmediato le comenta al de al lado:
–Esa muje se cree que me va a goberná. M…. pa ella!!!
Tom Cruise brinca por encima de unos carros, fuego y de repente alguien grita del público:
–¡Eso, eso, así se hace!
Unos aplauden, otros se ríen. Ya me he comido mis cocalecas, dos chocolates y un súper refresco.
–¿Dónde e que tá el baño? –escucho.
–¿Va a oriná otra vé?
–¿Y que tú quiere? A mí etas películas me dan con eso.
–¡Shssss! –no me contengo.
–Yo pagué lo mimo que tú –me responde una voz.
Me hago el loco, no vaya a ser que me pegue un tiro, me levanto y me voy.  Juro alquilar la película la próxima vez, este folclor no es bueno para mis años.

Freddy Ginebra