0
27/4/11 Post By: Ramón Pastrano, WebMaster

SIN NOVEDAD. "Pero, era como si la verdad no valiera nada."

COSAS DE DUENDES
Sin novedad


Alicia Estévez
alicia.estevez@listindiario.com


Cuando estaba en la universidad, participé como candidata en las elecciones de la Asociación de Estudiantes del Seibo. Aspiraba a la secretaría general de la organización y, si mal no recuerdo, creo que fui la primera mujer que intentó ocupar el puesto. El anuncio de mi candidatura desató una tormenta que me ha tomado décadas entender.

Lo que aconteció solo puede ocurrir en política. Los hijos de familias tradicionales del Partido Reformista y los miembros de organizaciones de “extrema izquierda” se convirtieron en aliados para adversarme. Se formó una alianza de sectores, que parecían no tener nada en común, con el propósito de cerrarme el paso. Por otro lado, amigos de mi círculo más cercano, con los que esperaba contar, me anunciaron unos que serían “imparciales”, no se iban a meter en el proceso electoral, y otros que apoyaban a mi rival. En la sede de la “embajada”, así llamábamos en la UASD al punto de encuentro en el campus a donde acudían los nativos de un pueblo, colocaron un dibujo en el que aparecía representada por una muñequita en minifalda que tenía escrito sobre la cabeza, “bla, bla, bla”.

Además, circuló un volante, un método terrible para desacreditar a los contrario que se usaba en esa época, plagado de falsedades. Era tan absurdo su contenido que el impacto me causó más asombro que enojo. Enfrenté con hechos concretos los argumentos en mi contra. Pero, era como si la verdad no valiera nada. Cualquier elemento a mi favor parecía motivar más la campaña de descrédito, en especial, la de dos enemigos acérrimos salidos de ningún lado. Si no hablaba, aseguraban que no tenía nada que decir. Pero cuando reté a mi rival a un debate sobre los problemas de la asociación, él no aceptó porque esas mismas personas lo convencieron de que no lo hiciera. Creí que eso bastaría para probar la enorme farsa en que se había convertido ese pequeño torneo electoral. No fue así. Pese a que el otro candidato era un muchacho bueno, pero sin historial de activismo político o cultural, a quien los que me adversaban apoyaron porque ellos estaban tan “quemados” que no resultaban “potables”. Él ganó. Sus auspiciadores desaparecieron de la asociación pasado el torneo electoral y, después, la directiva se desintegró. Mis proyectos para los estudiantes se fueron al zafacón. No volví a competir en política, me bastó aquella experiencia.

Lo mismo le ocurrió a una amiga, dirigente media del PLD, que trató de ser diputada. La aplastaron. Supongo que, guardando la distancia, algo similar vivió Milagros Ortiz Bosch en el PRD donde, pese a contar con una hoja de servicio superior a la de cualquier otro candidato, sólo una tercera parte de sus compañeros de partido la apoyaron. Mientras en la UASD, casi 500 años no han sido suficientes para votar por una rectora en una universidad donde el 60 por ciento de las estudiantes son mujeres.

Ahora me alegraba pensar que, por fin, tendríamos una posible candidata presidencial con posibilidades de ganar. Pero a Margarita Cedeño, como a muchas otras que nos hemos atrevido a aspirar, la “deshojaron”.

¡Qué pena! Así, para tranquilidad de algunos, el panorama político queda igual que siempre, sin novedad.

Copyright Reserved ¡Qué Noche! con Pastrano 2010.
Design by: Bingo | Blogger Templates by Blogger Template Place | supported by One-4-All