El musical de Spiderman se enreda en su tela de araña. Desastroso estreno en Broadway.

-Se trata de la producción más cara jamás realizada: 65 millones de dólares
-El preestreno estuvo cargado de fallos que decepcionaron al público
Gonzalo Aguirregomezcorta | Nueva York - El Mundo
El musical más esperado del año, 'Spider-Man: Turn Off The Dark', con música compuesta por U2 y The Edge, arrancó envuelto en el despropósito durante su preestreno este domingo en el Foxwoods Theatre de Broadway. La producción más cara jamás realizada, con un presupuesto de 65 millones de dólares, dejó atónitos a las 1.900 personas que tomaron asiento en el teatro, y no fue precisamente por haber cumplido las expectativas de tanto derroche económico.
El espectáculo se detuvo en cinco ocasiones por problemas técnicos y el primer acto terminó antes de lo previsto (quizás para compensar el retraso de 25 minutos con el que se abrió el telón) con el intérprete del héroe arácnido abandonado a su suerte y colgado tres metros y medio por encima de la audiencia. Los miembros del equipo necesitaron unos minutos para salvar al superhéroe entre las risas de los presentes.

Los despropósitos continuaron, pérdida de piezas del decorado y cables colgando incluidos, y el público comenzó a desesperarse, sobre todo cuando el intermedio se alargó más de lo previsto, 50 minutos, y uno de los productores del musical se vio obligado a agarrar el micrófono para calmar los ánimos de la audiencia. "Ya lo sé amigos, ya lo sé. Ruego un poco de paciencia, por favor".
Otro de los momentos más tensos se vivió cuando la araña que transmite los poderes a Peter Parker tras una picadura, interpretada por Natalie Mendoza, quedó suspendida en el aire durante siete minutos debido a un fallo en el cableado. De nuevo la voz de uno de los productores sonó en los altavoces mientras los trabajadores trataban de bajarla. "¡Un aplauso para Natalie, que está suspendida en el aire!"
Y es que hasta de los errores se hace espectáculo en Broadway. En total, la audiencia permaneció dentro del teatro durante tres horas y media y, según publican varios medios, una asistente no dudó mostrar su malestar al espetar: "No sé si a a vosotros os pasa lo mismo, pero yo me siento como un conejillo de indias".
Pero los errores no sólo se sucedieron en las alturas. Con los pies en el suelo, uno de los actores se vio obligado a improvisar una de las letras de su interpretación, después de repetirse notoriamente.

Un proyecto tan ambicioso como prematuro

Las ambiciosas técnicas y las prisas de los productores por compartir el show con una audiencia que no escatimó en críticas provocaron esta crónica de un hundimiento anunciado. Los retrasos en el estreno de la millonaria producción han provocado un alud de críticas en los medios de comunicación neoyorquinos, más aún si cabe tras el desastre de su preestreno.

Dos actores resultaron heridos y sufrieron varias facturas (uno de ellos se rompió las costillas) durante las semanas previas a su presentación en sociedad. El Departamento de Trabajo puso la voz de alarma y aseguró que no permitiría que el musical se estrenara hasta que no quedaran resueltos todos los problemas de seguridad con unos números que se llevan a cabo sobre las cabezas del público sin ninguna red de protección. Su estreno está previsto para el 11 de enero.

Los retrasos han disparado el presupuesto en 4 millones de dólares, aún así, Julie Taymor, la aclamada directora galardonada tras el éxito del musical de 'El Rey León', siempre ha justificado los problemas que han perseguido al musical de 'Spiderman'. "Este es el precio que hay que pagar por crear un espectáculo que nunca antes se había visto en Broadway", declaró tras los primeros retrasos.

Aún así el sentir de la audiencia es claro. "No voy a recomendar este espectáculo hasta que no mejoren". Antes de que comenzara el promotor del show, Michael Cohl, que se encargó de promover la gira de U2 de 2009, ya avisó a la audiencia de que se prepararan "habrá momentos en los que nos veremos obligados a detener el musical". Mala presentación para unos asistentes que se han llegado a gastar de 140 a 310 dólares por un espectáculo inacabado.