Los hombres, identificados como Daniel Bradley, de 47 años, y Paul Moccia, de 48, se declararon el lunes inocentes de las acusaciones de asesinato que pesan en su contra por la desaparición del guatemalteco Angel Antonio Ramírez, un empleado de la construcción.

Moccia conoció a Ramírez cerca de la empresa de concreto, que es copropiedad de Bradley, y le disparó por la espalda con una pistola calibre .357, indicó el fiscal adjunto del Distrito de Norfolk, Robert Nelson.

Moccia le adeudaba a Ramírez unos 70.000 dólares derivados de drogas que le había comprado y decidió matarlo en vez de pagarle, dijeron las autoridades. Bradley desmembró los restos del guatemalteco e intentó deshacerse de ellos de una vez por todas, denunció Nelson.

Los abogados defensores indicaron que sus clientes son inocentes y destacaron que la fiscalía no ha logrado presentar el cadáver.

La fiscalía considera que las pruebas forenses que se obtengan de la fábrica de concreto fortalecerán su caso en contra de los acusados, dijo Nelson. Los detectives hallaron manchas de sangre al interior de la fábrica de concreto RJ Bradley Co. Inc., agregó, así como en un par de botas de Bradley en casa de éste.

Bradley es un entrenador asistente de fútbol estadounidense en la Secundaria Xaverian Brothers. La escuela no respondió a los mensajes dejados en su buzón de voz después de la hora del cierre.

Moccia se dedica a cobrar cuotas de peaje en una carretera. Ambos permanecerán detenidos sin derecho a fianza.